El seminario Cuerpo queer como acto de resistencia es pensado como algo positivo, algo que puede inspirar y es capaz de fomentar una discusión compleja sobre este término de la comunidad LGBTQ+ que acoge a personas que no se identifican con las normas tradicionales de género y sexualidad. Este programa que ha contado con tres proyecciones en la Cinemateca Luis Buñuel que se han acompañado del mismo número de cine-debates coordinados por investigadores de la BUAP, cerrará el próximo viernes 2 de mayo a las 18:30 en la Alianza Francesa de Puebla (AFP) con la proyección del filme brasileño Deserto Particular y la conversación con el sociólogo Emilio Márquez Zárate.
Leonard Cortana, doctorante en Estudios Cinematográficos especializados en la circulación transnacional de películas sobre justicia social, ha sido el artífice de este seminario en el que el cine ha sido la herramienta para dialogar: un grupo de personas ven una película, dialogan después de la proyección y tienen la experiencia de ella, siendo esta una manera de hacer una comunidad horizontal.
El seminario, que también forma parte de la línea de investigación Antropología de la sexualidad, cuerpo y género del posgrado en Antropología Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, ha buscado derribar otra idea: que Puebla es una ciudad conservadora, algo que para Leonard Cortana no es verdad. “Es un estereotipo que hay sobre la ciudad, pero que en esta última sesión del 2 de mayo en donde la gente vendrá, dará referencias, hablará de otras acciones que acontecen en la ciudad, será importante para cambiar el imaginario de Puebla”.
El programa, apunta el responsable de programas de Inclusión y alianzas estratégicas en Eurodoc, una federación de organizaciones de jóvenes investigadores de la Unión Europea, se centra en la voz queer y dialoga sobre ella, siendo un espacio seguro en donde la comunidad se abraza y en el que, de paso, se aprende vocabulario. Como ejemplo, fue la proyección del filme francés 120 latidos por minuto, de Robin Campillo, que habla sobre las personas con VIH y que dejó ver la importancia de tener un vocabulario que pertenezca a la comunidad, para lograr una mejor representación; o la película argentina XXY de Lucía Puenzo que gira en torno a la comunidad intersexual, de una sociedad fuera de lo binario y del género como una construcción social, que llama sobre todo a desechar la palabra “hermafrodita”, la cual carga con un estigma importante.
El seminario, por tanto, ha mostrado películas que no han sido distribuidas o han tenido poca visibilidad en el país, y que al ser externos a México tienen una resonancia con el contexto local: el poblano.
“Estas cuatro películas pasan todas por un contexto conservador y ayudan a entender el contexto de Puebla. Son representaciones complejas y positivas de la experiencia queer, pues no tiene que ser el ismo estereotipo del menor que tiene que salir o de la persona que tiene que envejecer queer de manera patológica”, indica el curador.
Durante una entrevista virtual, Cortana apunta a seleccionar cuatro películas que tratan de cuatro comunidades queer: personas en situación de VIH, personas intersexuales, niños y adolescentes queer en construcción de identidad, y travestismo e identidad digital, o el concepto llamado heterocurioso que es popular. “Esta idea de traer películas de fuera es porque es más fácil tener el ejemplo de fuera para pensar en la propia realidad y tener introspección”, resalta.
Completa que son películas que tratan, de cierto modo, de un espacio donde hay mucha transformación. Nota que permea una palabra: epistemicidio, que refiere cómo a las personas queer se les suele quitar su producción intelectual, pues se comenta más de su apariencia física, de su comunidad o de su familia, no obstante la experiencia queer también es una experiencia intelectual, de producción intelectual y experiencia de vida. Así, los directores de las cintas son personas queer que utilizaron el cine como herramienta de educación, por lo que es un homenaje a las personas y mujeres queer que quieren cambiar las líneas estereotipadas de representación y apuestan por formar un imaginario más complejo que se divulgue y se tenga un espacio de conversación mucho más vivo.
El profesor de Estudios de Cine y talleres sobre Diversidad e Inclusión en la Universidad de Nueva York acota que el llamar a académicos de la BUAP es también el rendir un homenaje a las personas que hacen este trabajo en el contexto local, a la par de traducir un lenguaje académico a la cultura popular y fomentar la discusión con la sociedad.
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Particularmente, repara que el seminario Cuerpo queer como acto de resistencia toma al cuerpo como metáfora para hablar sobre la presencia política, para el protagonismo político, para saber que los cuerpos que están fuera de la norma del poder o fuera de algo, son cuerpos de resistencia y disidencia, y más cuando se habla de personas con VIH, o personas de la comunidad intersexual, que empujan mucho más las líneas de la norma.
“La idea no es normalizar pues hay que sacar la experiencia de la norma. Se trata de visibilizar, discutir, debatir y dialogar sobre la idea que ser un cuerpo resistente es ser un cuerpo presente y darse cuenta que estas películas de transformación empiezan con el estigma del cuerpo en el espacio público, algo que es ya una resistencia. No nacimos para que nuestros cuerpos vistos como un lugar de sobrevivencia. Todo mundo debería tener vivir una vida sin miedo al acoso, a desaparecer”, señala Leonard Cortana, quien como parte de su trabajo doctoral escribe una tesis sobre asesinato de líderes sociales, en particular sobre mujeres que, por su impacto en contextos machistas, son desaparecidas.
Así, confía en que descentralizar el cuerpo como un momento de presencia política, es también entender que la experiencia queer “es una visión global, que no habla solo de cuerpo queer, sino que otras personas se pueden identificar y entenderse de manera horizontal”. Considera que la fuerza de un seminario como este que proyecta películas contemporáneas y provoca una discusión del tema, radica en que “no sabemos quién está sentado en la sala, y quizás están en contra, pero el espacio es seguro para enseñar un vocabulario y compartir experiencias, para entendernos mejor, y luchar para personas que son una ´minoría´ puedan tener acceso a su propia vida ya su propia experiencia”.
Por tanto, la reflexión tiene que ver con que la persona que vive una vida plena, en el ejercicio de sus derechos, es alguien que puede cumplir sus sueños, sus objetivos e inspirar a su comunidad. Así, en el contexto de México y de otros países del mundo en donde el acceso al empleo o a la libre expresión no es igual para todos, “el que hablar de identidades es poner en relieve que no todo el mundo tiene acceso a las mismas cosas”.
De paso, el seminario pone su mirada en cómo una persona queer que se identifica como tal, al está inmersa en un contexto conservador y no tener ejemplos positivos, le cuesta por tanto identificarse y desarrollarse. “Entrar en estos espacios de discusión donde se normaliza estas experiencias y muestra filmes que no serán los mismos que hablan de violencia sexual, de trauma, de patologización o de enfermedad, es otra manera de resistir. Eso es importante, porque el cine es fuente de inspiración, siendo otra narrativa”.
Cortana, originario del Caribe francés, concluye que las cintas elegidas en el seminario utilizan al cuerpo queer como testigo de la memoria histórica, y aunque tocan cuatro temas diferentes, en todas, el personaje entra, se transforma y en ese proceso inspira al público. Ejemplo de ello fue Pelo malo, de Mariana Rondón, que se ubica en el momento en el que el presidente de Venezuela Hugo Chávez atraviesa un cáncer terminal, y hay una especie de histeria colectiva en la que Junior, el protagonista de la película, experimenta su propia identidad, dentro de este momento, que encaja el momento de transformación personal con lo que los demás piensan. “Es el mundo de Chávez que está cayendo, con el mundo de Junior que se está abriendo pero que la gente quiere derribar al poner sus normas”.
El seminario cerrará con Deserto particular de Ali Muritiba, cuya proyección será el viernes 2 de mayo a las 18:30 horas en la AFP -2 Sur número 4920, San Baltazar Campeche-, con entrada libre. En ella, un hombre que mantiene comunicación con otra persona que vive al norte de Brasil, con quien al cortar dicho nexo, decide emprender un viaje largo que le llevará a darse cuenta no solo de la realidad de esa región del país, sino de la complejidad del encuentro.
“Es una película testigo de la historia pues se ubica en un período del mandato del presidente Jair Bolsonaro, en el que hubo una ola de desinformación digital, siendo que los medios de comunicación tuvieron que comunicar noticias y lidiar con cosas falsas. Es una película que intersecta el mundo de las fake news y el engaño digital, con una perspectiva queer, lo que habla de integración”.
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