El rezago de más de medio año en la entrega del nuevo Hospital General Regional número 36 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mejor conocido como San Alejandro, se debe en gran medida a que los ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a cargo de los trabajos, omitieron construir el cuarto de máquinas y el auditorio.
El cuarto de máquinas de un hospital es un equipamiento crítico; de él depende el funcionamiento de sistemas vitales, como la distribución de oxígeno clínico, agua a distintas temperaturas y gas combustible para diferentes máquinas como las autoclaves para esterilización.
A marchas forzadas, cuadrillas de trabajadores laboran en tres turnos para concluir los seis edificios que suplirá al antiguo San Alejandro, el cual fue demolido después de los severos daños causados en su estructura por el terremoto de 7.1 grados registrado el 19 de septiembre de 2017, hace siete años.
A pesar de que el sismo ocurrió durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, fue hasta 2022 con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cuando se inició la demolición del inmueble para evitar poner en riesgo la integridad física de trabajadores, vecinos y transeúntes.
Desde entonces, en tres ocasiones se han anunciado fechas para su posible inauguración. Primero fue en mayo, después en agosto y ahora se sabe que podría ser en diciembre próximo, acto solemne que estaría encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Para constatar los avances, La Jornada de Oriente realizó un recorrido por el nuevo nosocomio, donde se pudo apreciar a simple vista que la fachada del edificio de cuatro pisos ha sido concluida casi en su totalidad, con la colocación de ventanas y piso.
Sin embargo, la parte posterior, donde anteriormente se encontraba el área de Urgencias, aún permanece en obra gris.
A esto se suma la entrada y salida de camiones de volteo, con ladrillos y material de construcción en las cuatro puertas de acceso a la obra, además de grúas en movimiento para culminar los trabajos en las alturas, lo cual refleja la incesante actividad en la zona.
Incluso, el nuevo hospital ya cuenta con acabados arquitectónicos, estuco y pintura en muros, así como piso y se han colocado ventanales de cristal. Se observa el sistema de gas y tubería hidráulica, así como escaleras de emergencia.
Llamó la atención que los trabajadores son civiles que supuestamente reciben órdenes de ingenieros militares; no obstante, en el tiempo que se estuvo presente en el área no se pudo ver a ningún uniformado dirigiendo la obra.
En tanto, trabajadores sindicalizados del Seguro Social revelaron a esta casa editorial que la obra no concluye porque a la Sedena se le olvidó construir el cuarto de máquinas y el auditorio en el hospital, que es de suma importancia para llevar a cabo foros, seminarios y encuentros para capacitar a especialistas, médicos y enfermeras.
Informaron que tampoco permiten el acceso a la construcción de autoridades civiles, mucho menos a los trabajadores o al sindicato del IMSS, para corroborar el avance de los trabajos. Todo es secrecía.
Contará con 180 camas; 60% menos de las que tenía San Alejandro
De acuerdo con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, los trabajos llevan un avance entre el 60 y 70 por ciento, y el nuevo hospital al que se le destinó 1 mil 700 millones de pesos debe quedar culminado en diciembre próximo.
El mandatario estatal culpó a las lluvias del mes de septiembre de impedir que se avanzara en la construcción de San Alejandro, para cumplir con la meta de entregarlo a la población en el mes de agosto.
El director General del IMSS, Zoé Robledo Aburto, informó que el nuevo hospital contará con 180 camas, 35 especialidades y una plantilla laboral de mil 600 trabajadores, así como nueve quirófanos para tococirugía y seis para intervenciones quirúrgicas generales.
Destacó la calidad y rapidez con que ha avanzado el proyecto, con el cual dijo no solo se busca crecer el hospital de seis edificios, sino también los servicios que antes no tenía como la Clínica de Mama, Clínica del Dolor y Neurocirugía, entre otros, para ser cada vez más resolutivos.
El funcionario federal expuso que uno de los objetivos es bajar la carga laboral que actualmente padece el Hospital General de Zona número 20, La Margarita, que afrontó la epidemia por Covid-19.
En un comparativo, hay que destacar que el antigüo hospital contaba con 415 camas censables y más de 2 mil 500 trabajadores por turno, lo que permitía ser uno de los más grandes en su tipo de América Latina.
En 2017, el hospital más importante de Puebla atendía aproximadamente a 7 mil personas diarias.
Hasta el momento, se han destinado para San Alejandro 2 mil 700 millones de pesos, mil millones de pesos más, para la adquisición de equipamiento, licencias, proyecto de obra y otros rubros, confirmó el titular de la Unidad de Infraestructura, Proyectos Especiales y Cartera de Inversión del IMSS, Ramón Aguierre Díaz.
El nuevo centro médico se construye en el mismo terreno del antiguo hospital, ubicado en la calle 10 Poniente y 29 Norte, en la colonia Villas San Alejandro, y su capacidad de atención es para 365 mil derechohabientes.
En su vida, el Hospital General Regional número 36 resistió a cuatro sismos en 1980, 1985, 1999 y 2012. Finalmente, el terremoto del 19 de septiembre de 2017 colapsó su estructura y fue declarado pérdida total durante la visita a Puebla del expresidente Peña Nieto.
Cima, el “elefante blanco”
Tras el sismo que cimbró a la capital poblana, el exdirector General del IMSS, Mikel Arriola Peñaloza, informó que San Alejandro sería demolido para dar espacio a un nuevo hospital que se construiría en menos de dos años, lo cual nunca ocurrió.
Meses después, se supo que el Seguro Social había adquirido el Centro Internacional de Medicina (Cima) por un monto de 427 millones de pesos, que se pagó al Grupo Medicus, de inversión mexicana-estadunidense.
El “cascarón” que quedaba del edificio con más de 17 años en desuso se ubica en la Reserva Atlixcáyotl, en el municipio de San Andrés Cholula.
El argumento que dio el IMSS para adquirir el edificio en la onerosa cifra fue que estaba casi lista para ser el nuevo San Alejandro.
Al cambio de administración federal, con la llegada de Zoé Robledo se informó que los trabajos de construcción estarían a cargo de la Sedena y el hospital se construiría en el mismo predio donde estuvo por décadas.
En el predio de Cima, dijo que se estaba analizando la posibilidad de que se convirtiera en la sede de oficinas administrativas, en una Subdelegación del Seguro Social o en la Unidad de Cuidados Metabólicos.
A la fecha, ninguna autoridad federal ni estatal ha podido confirma que destino tendrá el Centro Internacional de Medicina, que se ha acelerado su deterioro a siete años de su adquisición.