Se queja el viento y el fuego de los hogares.
Es una ola estridente de frío
por los cadáveres que ambulan,
mal refrigerados, pestilentes,
en los tráileres de la muerte.
En ruta contraria, las gargantas arden
reclaman ante a las fosas comunes,
o frente a las oficinas oficiosas
de la falsedad y la injusticia.
Alzan numerosos torbellinos
quienes queman las mechas
y lanzan las molotov hirviendo
sobre las puertas de cuarteles,
encima de los muros que resguardan
los hornos donde incineran a desaparecidos.
Dejan de creer en la autoridad
para empezar a creer en sus cercanos.
Son brigadas organizadas que buscan y vengan
a mujeres y jóvenes que soñaban con vivir al temple
de sus dignos cuerpos, pensantes y combatientes.
Es la queja entera del viento que nadie calla.
Ricardo Antonio Landa, octubre -noviembre de 2019.
Imágenes: 1. Estudio de tela para “El diluvio”, Anne Louise Girodet; 2. Momia Peruana; Foto movilización del pueblo mapuche, Chile; foto: defensa indígena popular en Ecuador; Foto: defensa de la Wiphala contra el golpe fascista en Bolivia
Blog: https://elrojodelalengua.wordpress.com