Se están yendo dicen
ventana y barandal.
Las flores son memoria
en las yemas de la niebla.
Las manos de los pinos
despiden sin saber si es a la luna
o es al más tímido de los soles
o si son eternidades que un día
amanecen, te sonríen y se van.
Sin ellos, sentimos un frío perro que muerde
y una solitaria ruta para navegar,
pero dejan huellas diminutas
los pájaros que emigran.´
¿Dónde, dónde están?
-Van bien, llevan buen paso-,
responden en lo alto
aunque no los veamos.
Da pena y miedo que se vayan
pero el viento nos consuela:
con nosotros están porque estuvieron.
(A quienes se van yendo para quedarse siempre)
Ricardo Antonio Landa, 17 de febrero de 2021