En la edición de hoy presentamos una entrevista a la comisariada ejidal de San Felipe Xonacayucan, Enedina Rosas Vélez, realizada en el Centro de Reinserción Social de Atlixco por la periodista Blanche Petrich. En ella, la ambientalista presa por su oposición al gasoducto Morelos relata cómo desde meses antes de su injusta aprehensión fue acosada por personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que diera su aval al gasoducto que considera el Proyecto Integral Morelos (PIM).
De la conversación con Petrich queda claro que la representante del núcleo agrario estuvo en todo momento consciente de que no podía traicionar a sus representados y que tampoco estuvo jamás dispuesta a establecer acuerdos ilegales o inmorales con las autoridades que por todos los flancos posibles la hostigaron.
No es por eso difícil confirmar lo que desde un principio se sospechaba: que el encierro de Enedina Rosas Vélez no tiene motivaciones legales y mucho menos justas, sino que obedece al estratagema perverso utilizado por gobiernos de corte autoritario y de primitivismo político mediante el cual se intenta presionar a grupos sociales para que cedan a cambio de que sus líderes, encarcelados, sean liberados.
Se ha torcido a más no poder el Estado de Derecho en Puebla, y la situación se está tornado cada vez menos tolerable. Lo peor no es solo la actuación del gobierno estatal, sino de los que lo acompañan en sus acciones, como los partidos políticos, o el silencio de entidades como la iglesia y la iniciativa privada.