Aquí durante las elecciones de la sección 23 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hubo tres momentos de tensión ayer martes, de acuerdo con los profesores consultados por La Jornada de Oriente.
“El primero transcurrió como en cámara lenta minutos después de confirmarse la noticia, a eso de las 13 horas, del robo de una urna en el municipio de Cuautlancingo. ¡En todas y cada una de las mesas receptoras de votos abrieron más los ojos por si alguien quería repetir esa misma acción”, agregó uno de los entrevistados quien pasaba más tiempo en el móvil y no precisamente vigilando el proceso.
El segundo, explicaron, sucedió en los alrededores de la escuela primaria Ignacio Zaragoza, en la colonia Los Ángeles y en el norte de la mancha urbana, donde varios involucrados de plano no permitieron el acercamiento de ningún extraño a ese inmueble. “Y quien pretendía hacerlo, de plano era corrido de no muy buena forma”, asintieron.
El tercero: “en la escuela secundaria Melchor Ocampo –una de las más grandes e importantes del municipio– varios de los contrincantes pasaron por momentos del diálogo a los insultos y hasta gritos por presuntas trampas. Pocos, pero hubo. Y no pasó a mayores”, declararon a este diario.
Caso contrario en dos inmuebles más y en el resto de las sedes: en la secundaria Gabino Barreda, enclavada en el corazón de la unidad habitacional Infonavit, antes de las dos de la tarde ya no había prácticamente nadie en la fila.
Sólo los representantes de los candidatos y la mesa directiva responsables de recibir los sufragios. Todo estaba literalmente vacío. Ese mismo escenario quedó repetido no lejos de ahí. A dos kilómetros y medio: en la primaria Centro Obrero. En la mayoría de las casillas la ventaja fue para Alfredo Gómez Palacios.