La votación del martes en la noche en el Senado a favor de mantener a los militares en las áreas de seguridad pública los próximos seis años, vino a darle un tanque de oxígeno al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, ya que se renovó la promesa de que no avanzará el proceso de desafuero que tiene iniciado en la Cámara de Diputados y que lo ponía en riesgo de ir a la cárcel. Pero al mismo tiempo, esa condición plantea un panorama gris para el priismo poblano, al alejarse cada vez más la posibilidad de una alianza opositora que le permita al tricolor ganar espacios relevantes en las elecciones locales de 2024.
Entre muchos líderes locales del PRI ha quedado una sensación de no saber si reír o echarse a llorar, si admirar o denostar, tranquilizarse o inquietarse, por lo ocurrido en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, en donde de manera sorpresiva brotó al llamado Primor, que es la alianza de priista y morenistas para aprobar la reforma a favor de las fuerzas armadas y que frena la campaña –orquestada desde el gobierno de Layda Sansores Sanromán, la mandataria de Campeche— que estaba a punto de descarrilar a Alito de la dirigencia nacional del tricolor y llevarlo a juicio, por tres procesos penales iniciados en territorio campechano.
La anterior noticia es reconfortante en Puebla, ya que el Comité Directivos Estatal (CDE) del PRI es una de las dirigencias que tienen mayor cercanía con Alejandro Moreno Cárdenas.
Había claridad de que, si caía Alito, lo mismo pasaba con los integrantes del CDE priista de Puebla.
Pero esta situación al mismo tiempo plantea que cada vez se aleja más la posibilidad de que pueda subsistir el proyecto de alianza electoral entre el PRI y el alcalde de la ciudad de Puebla, el panista Eduardo Rivera Pérez, rumbo a la sucesión gubernamental que habrá en 21 meses.
Ayer mismo el creador de la coalición Va por México, el empresario Claudio X. González, no ocultó su rabia por lo acontecido en el Senado y decretó que “murió” la alianza opositora. Hizo un llamado al PAN y al PRD a buscar nuevos refuerzos para competir en los comicios de los dos siguientes años, descartando que el PRI pueda regresar a ese bloque que lucha contra la 4T.
¿Qué efecto causa en Puebla esa ruptura? Los números son claros de la siguiente manera:
El nivel de votación que tiene el PAN, que va de los 460 mil a los 650 mil votos, de acuerdo con el recuento histórico de los últimos 24 años, deja al blanquiazul fuera de la competencia de la gubernatura del estado, pero le permite disputar los ayuntamientos de la capital, Tehuacán, Atlixco y cinco municipios de la zona metropolitana de Puebla, así como una fuerte presencia en el Congreso local.
En cambio el PRI, con sus índices de votación de los últimos años, que no pasa de los 400 mil sufragios, se queda fuera de aspirar ganar todas las plazas importantes de la entidad. Ni remotamente está cerca de poder disputar la gubernatura ni alguno de los 10 principales municipios del estado.
El PRI ha venido construyendo la posibilidad en los últimos dos años de que, mediante la alianza con el PAN, pueda aspirar a ganar la capital del estado, que significaría darle una nueva vida al Partido Revolucionario Institucional, que ha perdido la mayor parte de su potencial electoral y no gobierna ninguna plaza relevante.
Pero ahora con el resultado de reforma votada por los senadores, aleja el proyecto de alianza entre el PAN y el PRI en Puebla, pese a la disposición de ambas partes de competir juntas en la contienda de 2024.
Los dirigentes locales de ambos partidos tienen claro que solo juntos, además del PRD, es la única manera de enfrentar a la 4T en las siguientes elecciones.
Ese ánimo no se tiene en las cúpulas nacionales de los partidos de oposición, que es donde se eligen a los candidatos a gobernador y se aprueban las alianzas electorales en los estados de la República Mexicana.
Dicho de otra manera, aunque el PRI y el PAN en Puebla se han manifestado un amor mutuo, no tienen el permiso de sus dirigencias nacionales de estar juntos en las contiendas electorales que se avecinan.