El extinto río El Batán que recorría decenas de kilómetros desde San Pedro Cholula hasta Atlixco se ha convertido en un estanque de aguas negras, según se confirmó en un recorrido por la zona.
El cauce se alimentaba del manantial de Santa María Acuexcomac, declarado oficialmente seco en 2023 como consecuencia de la sobreexplotación de los mantos acuíferos por parte del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) que tiene en la junta auxiliar cinco pozos para llevar líquido a la capital poblana.
En el recorrido que inició junto a donde estuvo el manantial de Acuexcomac, que en el pasado incluso era un atractivo turístico, se observó que el ahuehuete de más de 600 años está agonizando, con pocas ramas aún de color verde y el resto de su estructura rojiza.
El mirador y la plaza construida en torno al manantial se encuentran en pésimas condiciones, igual que un par de baños públicos, como consecuencia de la falta de mantenimiento por parte de la presidencia auxiliar y el ayuntamiento.
Metros más adelante se observa lo que fue el cause del río El Batán que en ese punto iniciaba su recorrido, hoy se encuentra lleno de agua estancada de los drenajes de la zona, con mal olor, basura y fauna nociva que pone en riesgo la salud de las personas.
Un par de pobladores, que acompañaron el recorrido, afirmaron que los efectos negativos de la extracción indiscriminada de agua en los pozos de Acuexcomac se empezó a sufrir casi de inmediato que se permitió la excavación de los pozos en 1994.
En un lapso de 10 años, en 2004, empezó a bajar el nivel del río, que en el pasado tenía peces, ranas y ajolotes, al tiempo que propiciaba grandes cosechas de maíz, lechuga y otros productos del campo.
En la zona sur del municipio, a la altura de un puente vehicular, se observa el segundo gran desagüe de aguas negras hacia el río, el cual arroja una gran cantidad de litros por segundo.
Los afectados refieren que el problema de arrojar las aguas negras al río provoca que se queden estancadas debido a que ya no corre ninguna corriente de líquido, excepto en temporada de lluvias.
Desconocen qué autoridad permite o incluso propicia la desembocadura del drenaje en el cauce, sin embargo, recordaron que el SOAPAP opera el servicio de agua y alcantarillado en la junta auxiliar, por lo que es muy probable que el responsable sea el organismo.
A las orillas hay basura, cadáveres de perros en descomposición, maleza seca, heces fecales de animales y el recuerdo lejano de lo que alguna vez fue abundante vida.
Efímera cosecha
En el camino se observaron algunas hectáreas de maíz. Es tiempo de cosecha para los campesinos, quienes lamentan la pobre producción de este año.
La mayoría de las hectáreas de este producto se observan secas y en desuso, lo que ha llevado a más campesinos a buscar oportunidades de trabajo en la Ciudad de México, la frontera norte del país y en Estados Unidos.
Lo anterior se suma a la desecación de al menos cuatro pozos de riego, entre ellos Ocotititlan, Aguilantla y El Rincón.
Más adelante en el recorrido se encuentra una tercera descarga irregular hacia El Batán esta vez con una presión más fuerte de las aguas negras, lo que provoca que al caer a una profundidad de aproximadamente tres metros se genere espuma.
En ese punto el agua se torna rojiza por la presencia de una gran cantidad de sangre, proveniente de negocios de pollerías en la zona.
Alejados del centro del municipio, ni la autoridad auxiliar, el ayuntamiento y menos la Secretaría de Medio Ambiente estatal o federal se acercan a la zona, dejando a la población a su suerte ante el riesgo sanitario que representa tal contaminación.
Al final del pueblo hubo un balneario
Hasta hace dos décadas, al final del pueblo, en los límites con el municipio de San Jerónimo Tecuanipan, operó un balneario, que se había convertido en un centro recreativo regional al que llegaba gente de toda la zona del Ixta-Popo.
En la actualidad aún existen las piedras de río que serpentean la profunda bajada hacia el lecho de otro riachuelo aún con vida, del que emana agua naciente de al menos tres manantiales.
Sin embargo, las albercas se alimentaban del río El Batán que a esa altura ya no tiene agua de ningún tipo.
Las cavidades en las que alguna vez se bañaron cientos de personas hoy están llenas de pasto seco, llenas de grafiti y descuidadas.
Ya no hay forma de llenarlas con agua, aunque fuera de pipas, debido a la lejanía del sitio del centro de la junta auxiliar.
Un pastor de ganado oriundo de Tecuanipan que pasaba por el lugar evoca recuerdos de su niñez en esas albercas y en el riachuelo que apenas subsiste a la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
El hombre de más de 40 años narró que solía pasar con su familia días enteros bañándose en las aguas provenientes de los volcanes.
Con un dejo de tristeza ve que todo eso ha cambiado, y que como su niñez no regresará nunca, luego de que hace 30 años el SOAPAP empezó a llevarse el agua que hoy comercializa Concesiones Integrales, en detrimento de las comunidades afectadas.
Uno de los dos acompañantes, no tiene mayor reparo en beber el agua que nace de un manantial, ubicado en una de las orillas del riachuelo.
“Es limpia, es uno de las pocas fuentes que aún quedan”, explica mientras se seca la boca y camina río arriba donde encuentra otras dos nacientes de agua, imagen cada vez más extraña en Acuexcomac.
Sin embargo, al lado contrario, el riachuelo se junta con El Batán y el agua se torna sucia, turbia y contaminada.
El pasado 5 de noviembre, en la segunda asamblea de los pueblos de la región de Cholula, habitantes de Santa María Acuexcomac, exigieron al SOAPAP que de cumplimiento al acuerdo de 1994 que establece que se detendría la extracción de agua en la comunidad en caso de que esta afecte el abastecimiento de la comunidad.