Esta semana leí la entrevista otorgada por una persona que se ha presentado como prospecto a la candidatura de Morena a la gubernatura del estado. No tiene caso decir su nombre, pues, aunque hable mal y críticamente, le destinaría espacio y tiempo y, por ende, abonará a sus pretensiones, pero si me obliga a definir que tipo de candidato (a) apoyaría, describiendo una especie de retrato hablado.
En lo personal nunca votaría, ni llamaría a votar, por un candidato de derecha, ni siquiera de centro. Puedo matizar mi postura y decisión con alguien que se precie de ser progresista, aunque preferiría alguien que se reivindique abiertamente como de izquierda y todo lo que representa esto. De esta manera, aunque se precien muchos de seguir en la entidad al barbocismo, no es suficiente decirlo, menos afirmar que con el actual Ejecutivo estatal pudieron descubrir y entender que es la desigualdad. Decirlo así, es olvidar uno de los apotegmas más conocidos del marxismo: “el ser social determina la conciencia”. Es decir, no hay alguien que te lo enseñe, sino la confrontación diaria desde que se es menor alimenta la sensibilidad social que se alcanza paulatinamente con el tiempo. Lo primero me huele simplemente a choro para quedar bien con alguien.
La continuidad del actual sexenio, más allá de lo hecho y pregonado por el mandatario, requiere por lo menos ser igual, pero preferentemente profundizar los planteamientos de izquierda, no se justifica ni un paso atrás, sino dar permanencia y trascendencia a la Cuarta Transformación. Aunque en lo personal, de manera reiterada, he dicho que a ésta hay que rebasarla por la izquierda. Esto no quiere decir desecharla, sino ir más allá de ella.
De esta manera, la propuesta programática de quien aspire a suceder a Miguel Barbosa, tiene que ser, a partir de un programa de izquierda, congruente con las particularidades de la entidad y sus regiones; de sus grupos originarios, así como de la pluralidad y diversidad política que caracteriza a los poblanos. No podemos negar la existencia de un sector conservador y de derecha muy arraigado, pero también hay que reivindicar nuestra historia a la izquierda y el progresismo, como lo tenemos con el ejército insurgente de Matamoros en Izúcar; los tres Juanes en la intervención francesa; los hermanos Serdán y don Gilberto Bosques; Emiliano Zapata en la Mixteca; el teziutleco Vicente Lombardo Toledano; la UAP de izquierda en los años setenta del siglo pasado y sus mártires Joel Arriaga, Enrique Cabrera y Alfonso Calderón e, incluso, más recientemente el cineasta poblano comunista Xavier Robles, autor del guión del filme Rojo Amanecer, fallecido apenas en junio pasado.
Quien quiera ser postulado por la izquierda a la gubernatura del estado tiene que tener memoria de dónde viene y quienes estuvieron atrás. Hay historia y esta es rica. Debe estar preparado, conocer la entidad, tener arraigo en ella, actuar con ética en el quehacer político, congruencia y vocación de servicio. Habrá que ver quién se pone el saco con estos elementos.