Los dos presuntos ladrones de paquetería electoral que fueron detenidos el día de los comicios en la colonia Tres Cruces de la capital poblana, se encuentran a disposición de la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos Electorales (Fepade), confirmaron ayer fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR).
Los sujetos estarían siendo investigados por el robo de urnas, boletas, credenciales de elector e instrumentos que servían para la votación del pasado domingo.
Los agentes ministeriales federales estarían también siguiendo la pista a una decena de personas más, que serían cómplices de los detenidos.
Las fuentes consultadas confiaron en que en sus primeras declaraciones los individuos habrían dicho que al asalto de casillas los acompañaron otras personas, entre quienes destacaron a cuatro mujeres y que no solo viajaban en la camioneta tipo van que usaron para saquear los centros de sufragio, sino que también utilizaron para “avanzada e ir abriendo paso” un automóvil Volkswagen Jetta de color gris.
En las indagatorias también se seguiría una línea de investigación sobre un hombre apodado como El Rengo, quien viviría en la junta auxiliar de Ignacio Zaragoza, en la capital poblana.
Además, trascendió que por los disturbios que derivaron del hallazgo de la paquetería electoral y los ladrones, fueron detenidos cuatro vecinos y una vecina de Tres Cruces.
El pasado domingo, en la colonia Tres Cruces de la capital poblana, una camioneta tipo van que tenía placas de la Ciudad de México y estaba rotulada con la leyenda “Agencia Móvil del Ministerio Público”, embistió sobre la 24 Sur a una camioneta Jeep de color verde olivo y el choque alcanzó a un auto Gol plateado.
Varios vecinos ya estaban afuera de sus casas, porque segundos antes se habían escuchado detonaciones, así que acudieron prestos a brindar auxilio a los accidentados. Lograron sacar de la camioneta blanca al menos a siete personas, cuatro mujeres entre ellas, quienes se retiraron malheridas de la zona como pudieron y todavía le dijeron a sus rescatistas que los de la Jeep habían tenido la culpa.
Las labores de rescate continuaban y los vecinos descubrieron que en la parte trasera de la camioneta había boletas electorales, urnas y decenas de credenciales del INE.
Quedaban dos heridos de la colisión en la parte delantera del vehículo, pero éstos ya no fueron rescatados con delicadeza, sino con fuerza. Los testigos cuentan que la gente que llegó con la noble intención de ayudar, se volvió turba, porque justo en ese momento también arribaron personas que estaban en la casilla de donde los de la camioneta habían robado a punta de pistola y les contaron que incluso abrieron fuego contra la fila de votantes que estaban con sus niños.
La turba molió a golpes a los detenidos: un hombre de la tercera edad y otro joven. Exigió desde entonces la presencia de la Policía Federal, pero llegó la corporación homóloga municipal. No hubo arreglo y luego demandaron que llegara alguien de la Fepade o del INE, para contar ahí las boletas y que no se hiciera fraude con ellas.
Pasaron las horas y algunos aceptaron que los detenidos fueran entregados a la autoridad, dado su precario estado de salud. Se los llevaron en una camioneta Suburban. Pero hubo otros, principalmente los más jóvenes, que no quedaron conformes, y despidieron a la Suburban con pedradas.
Fue ahí donde lo peor comenzó, porque los policías no solo no se replegaron o usaron los instrumentos y el entrenamiento que se supone deberían tener, sino que respondieron la agresión de la misma forma y ahí se desató una trifulca en la que los gendarmes no respetaron en su aplicación de la violencia a los niños y personas de la tercera edad que había en el sitio.