La reciente clausura del Relleno Sanitario Intermunicipal de San Pedro Cholula no solo ha puesto fin a un capítulo de gestión de residuos cuestionable, sino que ha desencadenado una serie de efectos colaterales preocupantes, como lo es el episodio de perros ferales dispersándose en un radio de cuatro kilómetros desde el antiguo basurero.
Las jaurías, compuestas por entre 200 y 500 canes, no solo enfrentan condiciones de salud precarias, marcadas por tumores y otros males derivados de su alimentación en el vertedero, sino que ahora representan una amenaza tangible para la seguridad y la sanidad de las áreas circundantes. Los testimonios de los habitantes y los campesinos de la región no solo subrayan la emergencia sanitaria, sino también un abordaje cuestionable hacia la vida animal, con indicios de exterminio masivo en vez de estrategias de control éticas y sostenibles.
Este incidente ilustra dramáticamente las deficiencias en la planificación y manejo de los residuos. La falta de un perímetro adecuadamente cercado permitió originalmente que estos animales accedieran al sitio, mientras que la evidencia de tumores en los perros resalta la toxicidad de los desechos allí depositados. A esto se suma la amenaza para la aviación local, ya que la fauna atraída por los desechos, incluyendo garzas y otras aves, podrían provocar accidentes aéreos al interferir con las rutas de vuelo cercanas al Aeropuerto Internacional Hermanos Serdán.
Esta situación no solo requiere una intervención inmediata y eficaz para controlar y reubicar a los animales afectados, garantizando su bienestar, sino también una revisión profunda y comprometida de nuestras políticas de gestión de residuos. Es imperativo implementar medidas que prevean y mitiguen los impactos ambientales y sociales antes de que estos se conviertan en crisis.
Asimismo, es fundamental que organismos como el Instituto de Bienestar Animal actúen con rapidez y eficiencia, no solo para atender esta emergencia, sino para establecer protocolos que eviten futuras catástrofes. La comunidad de San Pedro Cholula, y cualquier comunidad, merece políticas que protejan tanto su entorno como a todos los seres que lo habitan.