Dos extrabajadores de la región 7 de Telcel, con razón social Radiomóvil Dipsa S.A. de C.V., relataron a La Jornada de Oriente que fueron presionados al grado de aceptar firmar su renuncia, pese a que comprobaron que el software ajeno a la empresa que estaban utilizando y por el cual se les dijo serían dados de baja, fue autorizado por jefes y directores.
Por si eso fuera poco, en ambos casos exhibieron que ningún representante del Sindicato de Trabajadores de Servicios, Comunicaciones y Transportes de la República Mexicana movió un dedo para evitar que fueran removidos.
La semana pasada este medio de comunicación dio a conocer que de marzo a la fecha, cuando menos 30 sindicalizados fueron removidos de sus puestos y que consideraban que su baja obedeció a que en algún momento cuestionaron al organismo gremial o pidieron que este gestionara mejoras.
Raúl Emmanuel Medina Benítez, quien se desempeñaba como analista CCR, dio a conocer que bajo engaños fue citado el 30 de abril, fuera de su día y horario laboral, y ya estando en las oficinas, sorpresivamente le informaron que debía presentarse en Recursos Humanos, donde le dijeron que por –supuestamente- usar programas no autorizados en su computadora, sería removido.
“Me mandaron a traer diciendo que iba yo a capacitar a personal de México para un programa y que lo querían implantar a nivel nacional… confiado fui y a la mera hora fue para mandarme a traer a Recursos Humanos y liquidarme ese día. (Me dijeron) que estaba usando software que no era permitido por la empresa, como por ejemplo WhatsApp, cuando el número en ese WhatsApp están incluidos mis jefes directos, jefes de todas las zonas, gerente del área y director del área”.
Incluso Emmanuel argumentó que contaba con un documento proporcionado por la misma empresa, para comprobar que tenía autorizado utilizar dichos programas y aplicaciones, pero aún sí le indicaron que tenía que firmar su renuncia.
Con una hija de tres años y gastos que tenía que enfrentar, no le quedó de otra más que aceptar el 50 por ciento de lo que realmente le correspondía por ley.
12 días antes, a otro trabajador -que pidió el anonimato-, durante su jornada laboral le indicaron que bajara a Recursos Humanos, donde le informaron que tenían un reporte de él sobre mal uso de la computadora de la empresa y que, por tanto, se tomarían medidas “drásticas” y una de ellas es que se fuera de Telcel.
Intentó defenderse indicando que en ese momento podían revisar su equipo para que corroborar que los señalamientos no eran ciertos, pero recibió una negativa.
En medio de su desconcierto, le propusieron una cantidad para liquidarlo, misma que rechazó y en la segunda propuesta se vio forzado a renunciar: “Yo y mis malas cuentas, accedí, firmé y antes de eso me habían presionado porque me dijeron: si firmas, te conviene, te vamos a recomendar en todo el Grupo Carso, vas a por encontrar trabajo luego, luego”.
La promesa no se cumplió porque ninguna firma de Carlos Slim lo ha contratado.