Hace tres sexenios surgió la llamada “Hermandad”, que es una mafia de jefes policíacos y de vialidad que se formó para protegerse entre ellos de denuncias por abuso de autoridad, extorsiones e ilícitos. Durante el gobierno pasado dicha organización se debilitó y sus miembros se disgregaron. Ahora está de regreso al poder, luego de que el segundo de sus líderes, Alejandro Ulloa Ramírez, tiene a su cargo la operación de la Dirección de Vialidad del estado.
Ulloa Ramírez no se manda solo, es alguien que ha estado bajo el control de Adolfo Karam Beltrán, quien fue el jefe policiaco consentido del ex gobernador Mario Marín Torres.
La designación de Alejandro Ulloa manda un mensaje contradictorio, ya que por un lado el gobernador Antonio Gali Fayad ha establecido que en su administración habrá un combate frontal a la corrupción y la impunidad, y por otro se nombra en un puesto clave de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a un personaje obscuro, que ha sido cabeza de la “Hermandad”, una organización cuyos integrantes protegían las extorsiones y los delitos en corporaciones policíacas de la capital del estado.
El mejor ejemplo de lo que hacía, y seguramente sigue haciendo la “Hermandad”, es el propio historial de Alejandro Ulloa, quien ha sido despedido de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, de la Policía Estatal, así como de los ayuntamientos de Xicotepec de Juárez y San Andrés Cholula, sin que nunca reciba una sanción que por lo menos le impida seguir ejerciendo cargos de jefe en cuerpos dedicados a la protección ciudadana.

Al llegar al cargo de titular de la SSP, Jesús Morales Rodríguez, en sustitución de Jesús Rodríguez Almeida, nombró en la dirección de Vialidad a Marcela Díaz Fuentes. Y a los pocos días, se designó como subdirector de Operaciones a Alejandro Ulloa.
Fuentes bien informadas indican que quien realmente manda en esa área es Ulloa Ramírez, quien a su vez ha empezado a instalar a agentes que en el pasado habían salido de la corporación.
Lo interesante es saber qué motivó a Jesús Morales a darle un cargo de alta relevancia a Alejandro Ulloa. Algunos conocedores del tema dicen que se podría tratar de un acuerdo entre el titular de la SSP y Adolfo Karam, como una manera de regresar a la nómina del gobierno del estado a un número importante de jefes policíacos y de vialidad que en el pasado fueron echados por pérdida de confianza.
Otros dicen que es tan grande el poder de Alejandro Ulloa que pudo arribar a la SSP sin la ayuda de Adolfo Karam, cuya relación entre ambos es muy cercana.
El líder de la “Hermandad” es Héctor Guerra Montiel, quien actualmente es el jefe de seguridad de la delegación del Seguro Social. Y Alejandro Ulloa siempre ha sido el segundo líder en importancia dentro de esa organización secreta, además de ser mano derecha de Karam Beltrán.
La “Hermandad” surgió –hace tres sexenios– bajo la tutela de Jorge Antonio Morgado Nava, cuando éste era director de Vialidad Estatal.
Hace dos años se ventiló que Morgado Nava es uno de los jefes policiacos más ricos de Puebla.
Estando bajo las órdenes de Morgado, el entonces agente Alejandro Ulloa se ganó la amistad de su jefe por ser un buen jugador de futbol y ser de carácter pendenciero. Siempre se ponía a los golpes con quien molestaba o criticaba a su jefe.
De ahí lo ascendieron a jefe de motociclistas, que es un área en que siempre ha estado la mayor parte de su desempeño como servidor público.
Se cuenta que alguna vez tuvo un fuerte problema con agentes de la extinta Policía Federal de Caminos y que no acabó mal –seguramente en la cárcel– por la intervención de Mario Marín Torres, quien al llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo le permitió a los líderes de la Hermandad acceder a los cargos más altos en las áreas de seguridad pública.
Al inicio del sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas, el primer titular de la SSP, Ardelio Vargas Fosado, les dio cierta protección a los miembros de la “Hermandad”, al permitirles que se ubicaran en cargos de seguridad pública fuera de la capital del estado.
Posteriormente al arribo de Facundo Rosas a la titularidad de la SSP, a los miembros de la “Hermandad” se les desplazó de cargos de mando, en diferentes municipios, ya que el nuevo funcionario instaló en esos lugares a una larga lista de agentes de la Policía Federal que habían sido expulsados por mala conducta o actos de corrupción.
A los miembros de la “Hermandad” se les ordenó tener un bajo perfil para evitar que Facundo Rosas lo fuera a incriminar como parte de un ajuste de cuentas contra el ex gobernador Mario Marín.
Esa misma condición se mantuvo con Jesús Rodríguez Almeida –el último encargado de la SSP en el sexenio morenovallista– , quien sostuvo en sus puesto a la gente de Facundo Rosas y no permitió a los líderes de la“Hermandad” llegar a cargos importantes.
Ahora con Jesús Morales terminó ese veto, ya que le está abriendo las puertas de la SSP a la gente de la “Hermandad”.
Es el regreso de la mafia.
Sin importar que se tenga el antecedente de que el crecimiento desbordado, brutal, del narcomenudeo y del robo de combustible –en el sexenio anterior– se debió a todos los “malos muchachos” que trajo Facundo Rosas al estado.
