La sospecha de que las bebidas gaseosas, conocidas en México como “refrescos”, constituyen un elemento nocivo para la función normal de los riñones y vías urinarias siempre se ha conjeturado, pero no comprobado con estudios epidemiológicos válidos; sin embargo, recientemente fue publicado un artículo que, titulado como Intake of Caffeinated, Carbonated, or Citrus Beverage Types and Development of Lower Urinary Tract Symptoms in Men and Women (Ingesta de tipos de bebidas carbonatadas con cafeína o cítricos y desarrollo de síntomas del tracto urinario inferior en hombres y mujeres) se confirma el efecto perjudicial que tiene, para la salud, el consumo de estos populares brebajes.
De hecho, es común que los médicos recomendemos reiteradamente la limitación en estas bebidas; sin embargo, hasta ahora esta información había sido limitada a la lógica y a la presunción. Este interesante estudio no solamente analizó un gran número de individuos (4 mil 144), sino además se estableció un seguimiento desde el año 2002 hasta 2010 ubicando a individuos con molestias y determinando un análisis de diversos factores de riesgo, en sujetos enfermos, durante cinco años y valorando su evolución modificando estos hábitos para poder establecer en qué medida podían confundirse síntomas con otras enfermedades como infecciones que al ser tratadas, no modificaban su cuadro pues el factor más importante es el irritativo. Pero por principio de cuentas es fundamental establecer lo que médicamente hablando un profesional de la salud debe considerar. Los signos son aquellas indagatorias que un médico realiza, con el simple método de la observación, para poder cuantificar y calificar lo que ve para establecer una sospecha diagnóstica. Por citar un ejemplo, la emisión de orina al toser, el examen de las denominadas “toallas sanitarias absorbentes” o inclusive mirar la ropa interior, constituyen invaluables elementos de calificación para iniciar el establecimiento de hipótesis. Luego es necesario reforzar estas hipótesis a través del análisis de lo que un individuo experimenta como molestias, es decir, los síntomas, que en la urología se dividen en varios grupos: de llenado, miccionales o que se sienten cuando sale la orina, los post miccionales, los asociados con las relaciones sexuales y el dolor como tal.
El consumo de café y bebidas con cafeína como Coca Cola o Pepsi Cola más allá de dos tazas o vasos por día se asociaron particularmente con síntomas de almacenamiento de orina, condición más notoria en mujeres aunque en ellas se incrementó notablemente la sensación de “urgencia” urinaria. Todavía más, estos malestares se acentuaron cuando ingirieron bebidas gaseosas con cafeína “de dieta”. Aunque hay más resultados que se podrían poner a discusión, es indudable que estas bebidas son nocivas para la salud, lo que debe marcar un precedente para que, como en el caso de los cigarrillos y alcohol, se imprima una leyenda que manifieste que son productos nocivos. Desgraciadamente los mexicanos vamos a la vanguardia a nivel mundial en el consumo de bebidas embotelladas, que además por el alto índice de azúcar que contienen, contribuyen a nuestro también poco orgulloso primer lugar universal en obesidad.
Por último, se me hace inconcebible cómo en los envases de Coca Cola, no estén impresos los ingredientes que contiene ésa bebida que es por ampliamente conocida por todos. Efectivamente existe una sustancia que le imprime un sabor especial, condición que la hace única, pero el hecho de que ésa compañía sea la principal consumidora de vainilla, nos lleva a la conclusión de que ése es un componente; sin embargo, no sabemos bajo qué condiciones esté presente. Habrá quienes sientan que estas observaciones constituyen una exageración, pues a final de cuentas, efectivamente acompañada de ron, tequila, brandy o whisky tiene un sabor que en lo personal he disfrutado en miles de situaciones sensacionales, pero eso no quita que las compañías refresqueras se encuentren en una condición violatoria de nuestros derechos.
Es urgente que disminuyamos nuestro consumo de refrescos. De no hacerlo así, aparte de alentar el consumo de sustancias que provocan enfermedades de vías urinarias, alentamos el crecimiento de empresas que sin escrúpulos, vigilan más sus intereses económicos que nuestra salud.
Referencia: Maserejian N.N. et, al. Intake of Caffeinated, Carbonated, or Citrus Beverage Types and Development of Lower Urinary Tract Symptoms in Men and Women. Am J Epidemiol. 2013;177(12):1399–1410