En todo sistema educativo coexisten diversos proyectos de la sociedad y el individuo que se propone formar mediante la educación formal. El proyecto educativo dominante, sin excepción, corresponde al régimen político hegemónico que impone de diversas maneras, y en cada nivel educativo, sus objetivos, así como la pedagogía, los instrumentos y la política con los cuales se tratará de alcanzarlos.
En México, el sistema educativo nacional incluye el nivel superior, que tiene como eje central al subsistema universitario, en cuyas instituciones, si bien se forman los dirigentes y administradores del sistema económico–político hegemónico, también se llegan a formar científicos, intelectuales, humanistas y profesionales que pueden disentir y proponer proyectos que responden a una visión distinta al sistema dominante. Su existencia es necesaria para reflexionar colectivamente y alcanzar consensos en beneficio del desarrollo de la institución y su impacto social.
Esta condición de disentir, esencia de la universidad, hace que el desarrollo de las instituciones de educación superior (IES) transcurra en medio de una compleja realidad, determinada por múltiples contradicciones internas y externas a las propias instituciones. Las IES, sin duda, están determinadas por la sociedad, pero a la vez influyen en el desarrollo de ésta, aunque hay limitaciones. En términos generales, las universidades públicas autónomas y las estatales, reconocen como sus actividades sustantivas: la docencia, la investigación y la extensión de la ciencia y la cultura entre la sociedad. Sin embargo, en muchos casos, se llega a proponer a las universidades en particular y, en general a las instituciones de educación superior, como agentes de cambio o factor fundamental en el desarrollo económico, político y social, así como de la democracia y el bienestar, cuestiones que exceden sus posibilidades y, aunque en ocasiones coyunturales pueden ser impulsoras de cambios sociales, esa tarea corresponde a la sociedad en su conjunto.
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El hecho es que las universidades no ganan ni pierden elecciones de las autoridades del aparato gubernamental. Esto tiene un significado: la universidad, dada su heterogeneidad de saberes y pensares, no pueden ser instrumento de una u otra corriente política de las que en la sociedad disputan el poder político, aunque han existido, y existen, causas que movilicen a los universitarios de diversas corrientes políticas e ideológicas, tal como ocurre con la movilización de los universitarios exigiendo detener el genocidio que Israel comete contra el pueblo palestino o la lucha contra la imposición de cuotas que rompe con el principio de la educación como derecho y, por tanto, su gratuidad.
Hoy, en México las universidades públicas han de ajustarse a la nueva sociedad que se forja. En efecto, luego de casi cuatro décadas del régimen neoliberal, sin duda, las universidades públicas sufrieron varios cambios, desde su concepción hasta su pedagogía. Por esta razón, hoy que en México hay un gobierno explícitamente postneoliberal se produce una lucha entre el pasado que se abandona, y el presente que construye un nuevo régimen político y nuevas relaciones sociales. Por supuesto, esa lucha no se reduce a un problema de carácter específicamente financiero, sino a la necesidad de disponer de un modelo educativo que el gobierno de la Cuarta Transformación ha llamado: la Nueva Escuela Mexicana. Se trata de construir un modelo que permita superar la educación neoliberal caracterizada por una concepción mercantilista, privatizadora, excluyente, inequitativa, positivista, una educación que ha degradado las prácticas pedagógicas y reducido el papel de los docentes a meros técnicos del conocimiento al servicio de un sistema económico que su voracidad por la ganancia no respetó el ambiente, ni la riqueza natural de los pueblos.
El nuevo proyecto educativo, basado en el pensamiento crítico y en un nuevo método para producir el conocimiento, se ha puesto en marcha desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ahora el segundo piso hay que construirlo, y a los universitarios corresponde impulsar los cambios en sus instituciones, esto es llevar a cabo una reforma universitaria.
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