Lunes, noviembre 10, 2025

Realizan un homenaje documental a Rodrigo Moya, fotógrafo de conciencia social

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Rodrigo Moya. México es el nombre del proyecto editorial que hace un reconocimiento a la amplia trayectoria del fotógrafo mexicano. Presentado en la Ciudad de México, el libro que recientemente obtuvo el Premio Antonio García Cubas 2022 en la categoría de Libro de arte, cuenta con material hemerográfico compartido por el Museo Amparo.

La coordinación editorial estuvo a cargo de Laura González Flores, Evelyn Useda Miranda y Janeth Delgado Rodríguez.  

El libro, que consta de 250 imágenes, incluye una entrevista con el artista, una línea del tiempo, una biblio-hemerografía de sus imágenes publicadas en revistas ilustradas, así como los textos de Laura González, Juan Manuel Aurrecoechea y Humberto Musacchio, en los que las fotografías de Rodrigo Moya, producidas entre el periodo de 1955 a 1968, son analizadas bajo su contexto histórico y cultural. 

Acompañado de familiares, amigos y visitantes del Palacio de Bellas Artes, Rodrigo Moya reconoció que hay muchos fotógrafos buenos en México, hay otros sobrevalorados”, pero “su condición esencial como fotógrafo fue haber sido un fotógrafo con conciencia social”.

“Me siento, por una parte, privilegiado, agradecido y, por otra, lo quiero decir francamente, un poco incómodo, porque, como dicen, ‘no hay que poner tanta crema a los tacos’. Creo que mis fotos sí tenían una búsqueda constante, pero más que buscador de imágenes, era un buscador de los contrastes sociales, era un buscador de la fisiología de México y de la fisiología económica de nuestros países.

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“Esto era lo que mayormente ocupaba mi atención y mi inteligencia: no hacer el ángulo adecuado, colocarme en cierta forma, claro que eso se hace instintivamente, un fotógrafo ya de cierta experiencia lo tiene automáticamente, buscamos el mejor lugar, el mejor ángulo casi a la velocidad del obturador, pero hay una conciencia, hay una forma de pensar, hay una forma de ver el mundo y de eso casi no hemos dicho nada”.

Sobre la publicación, la cual fue galardonada en la XXIV edición del Premio Antonio García Cubas 2022, expresó: la presentación de este libro creo que es el acto generado por la fotografía, hasta ahora, más importante de mi vida.

Por su parte, la curadora de la muestra, coeditora y especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Laura González, resaltó que la tesis tanto de la exposición como del libro “es que la fotografía de Rodrigo Moya es una construcción compleja y que no es visible a simple vista.

“Eso que se nos muestra muy agradablemente por medio de una estética impecable refiere a la cuestión documental. La antítesis es que en esas imágenes, semiocultos, hay elementos que giran la imagen de sentido y la vuelven muy compleja.

“Pueden ser pequeños personajes o letreros, algo en el encuadre o el punto de vista, lo que vuelven a la imagen dialéctica, donde hay una lucha de opuestos que se convierten en una construcción compleja en su sentido y representación de lo que era y es México”.

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Para la investigadora, el libro armoniza dos Rodrigo Moya y tres archivos, en clara alusión al joven Rodrigo Moya, etapa en que desarrolla la fotografía de prensa, cuyo archivo perdura en varias revistas donde colaboró y dan cuenta de la amplitud de su proyecto fotográfico, el cual abandona entre 1968 y 1969.

El segundo archivo reencuentra a un Rodrigo Moya maduro, con otras ideas, con un rigor de editor y que vuelve a esos negativos de 30 años antes y los relee desde la intención estética.

Detalló que el volumen está organizado de forma temática: en primer momento aparecen fotos que dan cuenta de la Ciudad de México en los años sesenta; en un segundo instante hay fotos que se publicaron para el libro México, en el cual colaboró con Salvador Novo, y en el que el poeta solo quería imágenes de espacios urbanos y el fotógrafo introduce imágenes que dan cuenta del descontento social; en un tercero aparecen algunas fotos de escena, las cuales, agregó, faltan investigarse más.

En tanto, Juan Manuel Aurrecoechea hizo un recorrido por diferentes imágenes contenidas en el libro, como Limpia vidrios (1960), “donde su autor documenta la tensión entre la geografía de los edificios de acero y los trabajadores que limpian sus cristales, colgados de frágiles cables, sin ningún tipo de protección como si sus vidas no valieran nada.

“Moya comentó que tomó la fotografía pensando no en el edificio ni en la composición perfecta de la imagen, sino preguntándose cuál sería el salario de esos tres hombres que limpian el inmueble de una empresa”.

El también historiador resaltó que hay muchos Moyas, además de reportero gráfico, fue un filósofo de las imágenes, un documentalista, un retratista, un fotógrafo de teatro, de combate, fotógrafo por encargo, obrero de la lente, fotógrafo del gol de cámara y el poeta de la imagen, “por solo mencionar algunos de los muchos campos de la fotografía en los que incursionó Rodrigo”.

La coordinación editorial estuvo a cargo de Laura González Flores, Evelyn Useda Miranda y Janeth Delgado Rodríguez. El libro incluye una entrevista con el artista, una línea del tiempo, una biblio-hemerografía de sus imágenes publicadas en revistas ilustradas, así como los textos de Laura González, Juan Manuel Aurrecoechea y Humberto Musacchio, en los que las fotografías de Rodrigo Moya, producidas entre el periodo de 1955 a 1968, son analizadas bajo su contexto histórico y cultural.

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