Arrogante, sonriente, con un puro en la mano y a bordo de un vehículo blindado, obviamente, con chofer al lado, luego de dos meses y medio en una prisión mexicana, salió a la calle Alonso Ancira, uno de los ricotes que han corrompido al poder político, se han aprovechado de los recursos nacionales y no tienen mayor interés que su bolsillo y sus negocios.
Diego Fernández de Cevallos, que no fue su litigante, pero compañero de hábitos incluso en la costumbre del fumar y exhibirse, estará orgulloso. Uno de su estirpe no sólo la libró sino hasta tendrá que pagar en abonos chiquitos, algo que no pudo hacer el panista con sus secuestradores.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, desde luego, Alonso Ancira, como una pléyade de nuevos enriquecidos, compró Altos Hornos de México (AHMSA), una empresa que según el maestro Horacio Flores de la Peña, gran economista, nos permitiría ser autosuficientes en acero y otros metales, desarrollar el país y saltar de potencia media a las grandes ligas.
Entre los activos de AHMSA, estaba una planta, Agronitrogenados, inactiva durante 14 años, porque los millonetas aztecas no invierten sino quieren negocios rápidos y a la segura.
En eso llegó Emilio Lozoya Austin, tercera generación de funcionarios ligados a la grilla, y le compró la fábrica que valía, cuando mucho, 450 millones de dólares, en 760 millones de billetucos verdes, mediante un soborno para el director de Pemex, de 3.5 millones de esa moneda.
Muy generoso, el entonces director de Pemex, ya que no era su lana, sino del presupuesto nacional que se puede dilapidar, sobre todo para favorecer a los amigos. Lo que fue recurrente con Enrique Peña Nieto.
Hubo audiencia acerca del llamado Rey del Acero Mexicano, y el juez, José Artemio Zúñiga, dictaminó que Ancira pagara más de 216 millones de dólares, en tres años- 2021 a 2023-, sin intereses de por medio. Esto último lo había exigido la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Santiago Nieto, que hizo las investigaciones y logró que detuvieran al tal Alonso en España y lo enviaran a México, sin puro en mano.
Un grupo amplio de abogados, como suele ocurrir con los grandes millonarios, logró un acuerdo favorable para un señor que arruinó un proyecto imprescindible para la nación, llevó al desempleo a miles de compatriotas y atrasó a nuestra patria muchos años.
Próximamente veremos a doble A (Alonso Ancira), en portadas de revistas feliz, brindando y homenajeando un sistema que se ha construido sobre la base de mucha sangre, sudor, lágrimas y fosas.
Fue acertada la Rayuela (La Jornada, 20 de abril), al multimencionado “Alonso Ancira sólo le faltó ponerle alfombra roja saliendo de la cárcel”. Ya que su aval para cumplir sus obligaciones son 50 inmuebles (ladronde, dice el populacho), y retribuirá una minucia para él y su hermano, José Antonio, presidente del Grupo Acerero del Norte, de 72 millones de dólares en cada ocasión.
Mientras hay más de 62 mil presos en las diversas cárceles sin sentencia, la mayoría por robo de unos cuantos pesos, algunos con años en chirona, e Israel Vallarta cumple más de 16 años en prisión (ojo, Carlos Loret de Mola, lea el artículo de Layda Negrete, en el periódico donde usted publica, El Universal, 20 de abril), la justicia mexicana se viste en muchas ocasiones con togas antiguas y ridículas.
Por cierto, se retrasó en Inglaterra, la extradición de Karime Macías, la que siempre deseo “mucha abundancia”, y esposa de Javier Duarte. Y dos ex directores del ISSSTE, el acusado de pederastia por Lydia Cacho en su libro: Los demonios del edén, Miguel Ángel Yunes, y el norteño José Reyes Baeza, amigo de Peña Nieto, están próximos a conocer los barrotes y a los pobres mexicanos que habitan celdas inmundas.
Por otro lado, Marcelo Ebrard denunció que en el orbe hay un acaparamiento voraz de biológicos por el Covid-19. Algo que les importa poco a quienes insisten que la obligación del gobierno es vacunar a todos y no hay nada que agradecer. Aunque en Campeche ya los alumnos regresaron a clases presenciales. ¡Felicidades!
@jamelendez44