En el más reciente estudio “Personas adultas mayores en México, evidencia para la toma de decisiones”, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la entidad poblana ocupa la cuarta posición en el país con la mayor proporción de adultos mayores (de 65 o más años) que se encuentran en situación de pobreza, con 48.8 por ciento; le anteceden Oaxaca, con 57.6 por ciento; Guerrero y Chiapas, con 54.8 por ciento, respectivamente.
Entre las principales carencias sociales que enfrentan los adultos mayores en condición de pobreza están el rezago educativo, 46 por ciento; el acceso a los servicios de salud, 29.4 por ciento; los servicios básicos en la vivienda, 16.4 por ciento; 15 por ciento no tiene la oportunidad de contar con alimentación nutritiva, y 5.2 por ciento no tiene calidad en los espacios del inmueble en el que vive. Diversas problemáticas explican las carencias sociales que a la fecha tienen las personas adultas mayores, entre ellas el tipo de actividades a las que se han dedicado tanto en el medio rural como urbano, donde la precariedad de los ingresos y la informalidad de los empleos imposibilitó la posibilidad de contar con mejores condiciones de vida en los rubros que determinan las condiciones o no de pobreza. Incluso las condiciones serían peores si no existieran los adultos y jóvenes que con sus remesas aportan para el sostenimiento de sus familias y en específico de los adultos mayores
Por ello la importancia del Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que otorga una pensión a las personas de 65 años y más, que desde el gobierno actual se ha convertido en un derecho constitucional en el país y que a la fecha cuenta con un padrón de alrededor de 12 millones de beneficiarias y beneficiaros que reciben desde este año un monto de 6 mil pesos bimestrales que les permite enfrentar parte de sus necesidades.