Resulta preocupante que el ayuntamiento de Puebla, a través de la Dirección de Vía Pública, pretenda desalojar a voceadores del Centro Histórico, con más de 50 años de expender periódicos en la zona, bajo el argumento de que “estorban” y hacen “fea la zona”, según la denuncia de los afectados y de Ramón Reyes Guzmán, secretario del Interior del Sindicato General de Voceadores y Expendedores de la Prensa de Puebla, México SA de CV.
Hasta la fecha, cinco de sus agremiados recibieron oficios para notificarles que cuentan con 15 días para desalojar las casetas que han ocupado sus antecesores por más de tres generaciones, aunque la intención, según lo informaron, es retirar al menos 20 casetas de periódico que se ubican en el cuadrante que va de la 25 a la 20 Oriente–Poniente y del bulevar 5 de Mayo a la 13 Norte–Sur.
No hay duda del impacto directo que tal medida de concretarse tendría sobre los voceadores y sus familias, que han obtenido el sustento a partir de esta actividad por años y generaciones, pero también es una estocada sobre la distribución de los impresos, que ya se han visto fuertemente afectados por el avance de lo digital a partir de las nuevas tecnologías de comunicación.
Mantener los impresos es una labor compleja y de resistencia, donde toda la cadena de producción y distribución se ha vuelto vulnerable, ante el incremento de los costos y el desplazamiento de los lectores a las versiones digitales, pero los voceadores se han mantenido y siguen jugando un papel central, aunque se hayan tenido que reinventar para permanecer y donde la ubicación en el centro es fundamental.
Por ello uno se pregunta con base en qué política urbana el ayuntamiento de Puebla pretende quitar los puestos de periódico, el argumento de que “estorban” y hacen “fea la zona” es falaz; se antoja preguntarse para qué o quién esto es así, cuestionando el proyecto de ciudad que se busca imponer desde el gobierno municipal, donde el derecho a una ciudad incluyente no vendrá de las instituciones, sino del fortalecimiento de la ciudadanía que tendrá que disputar la calle y su derecho a permanecer.