Hoy presentamos dos materiales sobre contaminación; el primero un reportaje sobre la toxicidad prevaleciente en los ríos Atoyac, Alseseca y San Francisco, en su paso por Puebla y con base en los monitoreos realizados por el Departamento de Inspección y Vigilancia del ayuntamiento poblano, con base en el Índice de Calidad del Agua (ICAA) de la ciudad de Puebla. El ICAA mide cuantitativamente si existe una mejora o deterioro con respecto al metabolismo que guarda el cauce del río Atoyac correspondiendo a los límites del municipio de Puebla y se determina mediante monitoreo para conocer la calidad del agua de sus dos vertientes, que al final de su cauce alimentan la presa Manuel Ávila Camacho, como lo son el río San Francisco y el Alseseca.
En los últimos seis años, los ríos han registrado un incremento en el rango de tóxicos; el nivel más elevado de contaminantes en el Atoyac es el de coliformes fecales, las cuales superaron 23 millones de veces los límites permitidos en la Declaratoria de 2011 de clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac o Hueyapan y sus afluentes para proteger, mejorar y restaurar las cuencas. Además, en la última medición del ICAA hecha por el ayuntamiento correspondiente a junio de 2023, los resultados arrojaron un incremento en el Atoyac 400 por ciento más mercurio, cromo y plomo que el límite permitido en dicha declaratoria. Lo anterior es la evidencia de afluentes muertos y la inoperancia de las plantas de tratamiento operadas por Concesiones Integrales.
El segundo material muestra los altos niveles de coliformes fecales y coliformes totales se registraron en los pozos que abastecen de agua potable a la población de las juntas auxiliares de San Miguel Canoa, San Francisco Totimehuacan, Santo Tomás Chautla, Santa María Xonacatepec y San Pablo Xochimehuacan, así como en la inspectoría de Los Ángeles Tetela, lo que representa un riesgo sanitario para los consumidores de este líquido, reveló el índice de Calidad de Agua Potable (ICAP), elaborado la Secretaría de Medio Ambiente del ayuntamiento de la ciudad de Puebla. En este caso la calidad del agua potable entregada a la población se determina con muestras de tomas domiciliarias para evaluar la calidad del líquido que se entrega a los usuarios, pruebas que repetidas varias veces sirven para determinar el índice de Calidad del Agua Potable (ICAP). En este caso ni siquiera la cloración de los pozos funciona.
La gravedad de los hechos que se exponen son resultado de los estudios y muestreos realizados por instituciones del ayuntamiento de Puebla, falta saber que se hace para atender estos graves problemas de contaminación en la competencia que a cada nivel de gobierno le corresponde, porque la evidencia muestra que la contaminación aumenta frente a la inoperancia gubernamental.