Por tercer día consecutivo, desde que cambió el semáforo volcánico de Amarillo Fase II a III, Puebla capital amaneció con constante caída de ceniza en diferentes zonas de la ciudad.
Este martes las calles del municipio capitalino amanecieron con una capa grisácea que también tapizó la carrocería de los automóviles.
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En las partes altas se observó una larga fumarola proveniente del volcán Popocatépetl que se extendía desde el poniente hacia el sur oriente del municipio.
Desde temprano la gente dijo haber experimentado molestias en la nariz y en los ojos, pese al uso del cubrebocas.
El gobernador, Sergio Salomón Céspedes Peregrina informó por las condiciones de los vientos, la ceniza del volcán tiene una dispersión hacia el Este – Noreste, por lo que se dirigía a las regiones de Angelópolis (Puebla capital y su zona conurbada); Valle de Atlixco y Matamoros; Sierra Negra; Serdán Valles Centrales y el estado de Veracruz.
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Asimismo, la Protección Civil estatal informó que las 00:19 horas y 04:05 horas, el volcán Popocatépetl presentó dos de vapor de agua, gases y ceniza, con lanzamiento de material incandescente.
Por su parte el Centro Nacional de Prevención de Desastres Naturales (Cenapred) informó que después de las 10 horas el volcán experimentó un episodio de tremor de amplitud y se observó una emisión con contenido de ceniza.
La autoridad federal también informó que el actual nivel de actividad del volcán prevé manifestaciones explosivas, emisión de fragmentos incandescentes, ceniza y gases volcánicos.
Por la tarde se observaron imágenes panorámicas de la mayor parte de la ciudad cubierta por una fina nube de ceniza, situación que se prevé para los próximos días.
El domingo pasado, el volcán Popocatépetl, uno de los más activos del planeta, sorprendió a los 1.6 millones de habitantes de la ciudad de Puebla con una caída permanente de ceniza que se extendió por sus calles como una neblina.
La capa gris permaneció sobre la capital del estado cerca de un día, hasta que una llovizna la asentó, y sirvió de recordatorio a sus moradores de que los 45 kilómetros que los separan del coloso son insuficientes para librarse de sus emanaciones.
Cámaras de seguridad captaron el inicio de la caída de ese polvo grisáceo cerca de las 11 de la noche del sábado 20 de mayo, justo un día después de que el volcán capturó la atención del país por intensas explosiones.