La exposición Ciudad de ángeles: memoria, imágenes y palabras hace un homenaje a la memoria de Puebla, a sus documentos y a los personajes que hicieron aquellas primeras trazas, listados, mapas y planimetrías de una urbe que fue más allá de la traza designada por los ángeles, como reza el mito, y que dejan ver el esfuerzo de sus habitantes por hacer y conservar esa memoria frágil que se estudia, conserva y restaura, y dice mucho de una ciudad a nivel continental.
“Estos documentos son envidiables en cualquier archivo de América Latina y hoy están exhibidos porque es una forma de decir: esto también es Puebla”, afirma Fabián Valdivia, director del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) al recorrer la muestra que fue abierta en la Galería del Palacio municipal en el marco del 491 aniversario de la fundación de la ciudad, hecho ocurrido un 16 de abril de 1531.
Durante una entrevista, el funcionario municipal destaca que la exposición va de lo didáctico a lo original a la par de que está pensada para provocar la curiosidad en el espectador, quien seguramente se verá reflejado en los documentos, mapas, reproducciones y pinturas, pues éstas “harán click” con su historia y memoria.
“Son memoria, imágenes y palabras de lo que se asume como lo poblano, y que se asumen así cuando no es cierto; por tanto, lo que esta muestra propone es precisamente dar destellos que provoquen reflexiones en torno a lo que significa ser una ciudad, tener un documento fundacional como una Cédula Real”, precisa.
En Ciudad de ángeles: memoria, imágenes y palabras el público inicia su recorrido con un reproducción de la lista de los primeros vecinos de la Ciudad de los ángeles, de 1532, un manuscrito que revela a los 33 habitantes que fueron considerados los primeros pobladores durante el periodo fundacional de Puebla, y en la que aparece Marina Muñoz, la única mujer incluida en el listado como “la mujer de Prieto”.
Asimismo, se incluye una reproducción en gran formato de La Real Provisión que se presenta como un árbol genealógico en cuyo centro aparece el escudo de armas de Puebla, siendo este elemento algo que distinguió y ennobleció a las ciudades novohispanas, en el que aparece en letras doradas don Gonzalo Díaz de Vargas, a quien le fue entregado el documento en 1538 mismo que en 2005 fue inscrito en el registro Memoria del Mundo de la Unesco, que obtuvo el Archivo municipal.
Acompañando a estos documentos, indica el curador de la muestra, tienen en lugar de cédulas “globos a la manera de un cómic” para proponer que el documento hable por sí mismo.
Como elemento de transición aparecen fotografías de 1933 sobre un mapa de 1754 que se conectan con hilos de oro “como si fueran ángeles haciendo la traza de la ciudad”, los mismos que, según el mito, delinearon a la Puebla de los Ángeles, y que permiten ver que hay muchos elementos que podrán ser identificados por el espectador.
Esta primera parte, refiere el director del IMACP, da paso al otro segmento de la exposición: aquel que reúne alrededor de 100 piezas, entre libros, grabados y mapas originales, que no habían sido mostradas de manera conjunta, provenientes de acervos como la Biblioteca Palafoxiana, el Museo Casa de Alfeñique, coleccionistas privados y sobre todo el Archivo Municipal.
Como ejemplo, es el primer libro en el que se da cuenta de la leyenda de fundación de 1680 o la sección de mapas en el que se incluyen un mapa de 1754, otro de finales del siglo XVIII denominado Mapa de cuarteles, el plano en el que se ordena el zócalo o en el que se registra el ataque a Puebla por el ejército francés de 1863.
De paso, aparecen piezas que nunca se habían mostrado al público, como es el caso de los 15 mapas y planos cartográficos de tierras que tenían los angelopolitanos en lo que hoy son las juntas auxiliares de Puebla como La Resurrección o San Baltazar Campeche.
En ese sentido, Valdivia Pérez destaca la vitrina dedicada a la Capilla del Rosario que se consagró el 16 de abril de 1690 y cuyo libro La octava maravilla publicado a raíz de este hecho ha salido muy pocas veces a exhibición. “En Puebla hay tres ejemplares: uno en la Palafoxiana y dos privados, y aquí hay dos de los tres que nos han prestado”, resalta.
Señala además la inclusión “de la famosa pintura de la fundación” que aparece en muchas portadas, libros y artículos de investigación, pero que ha sido mostrada muy pocas veces en vivo y que hoy se incluye, con una restauración recientemente realizada, tras décadas de no haber sido intervenida. “Siempre se había dicho que era (del pintor costumbrista Agustín) Arrieta y hoy descubrimos que no: que es de Francisco Morales Van Den Eyden, el pintor de Atlixco, y hoy ya está atribuida por dibujos y textos”.
Menciona también la inclusión del boticario Pedro López de Villaseñor, quien es el encargado de empezar a organizar y paleografiar la ciudad. De él, como gesto inédito, se muestran cuatro mapas firmados que dejan verlo como el agrimensor encargado de cuidar la memoria de la ciudad. “Es un primer homenaje para decir quiénes fueron los primeros en hacerlo. Sobre todo, en la idea de que el Archivo municipal no se organizó de manera automática, sino que hubo alguien, a petición del cabildo, que se encargó de ello”, señala.
De las planimetrías mostradas, menciona que en ellas se incluyen pequeños grabados literalmente pegados –de una iglesia, de una casa-, como si fueran calcomanías, algo que no se había visto antes. “Estamos descubriendo cosas en documentos de hace 250 años que no sabíamos: la historia está en constante cambio y lo podemos saber porque tenemos los documentos originales y por eso esta sección de mapas es un homenaje a la memoria frágil que se restaura, se conserva y se investiga, que dice mucho de la ciudad”.
Fabián Valdivia acota que al aparecer lugares como Aparicio, el puente de México, Pueblo Nuevo, San Jerónimo Caleras o La Resurrección dejan ver que esto “también es Puebla, y es la memoria, además de los planos del centro”, por lo que se amplía la reflexión sobre Puebla como una ciudad multicultural con infografías que dan cuenta sobre los barrios establecidos, o el documento en el que se pide que sean vecinos de Calpan los encargados de la construcción de la Catedral.
“Se han repetido estereotipos y hoy tenemos que decir que Puebla es una ciudad multicultural desde su origen, por lo que esta variedad de documentos hablan de eso. Al tener documentos como el Acta de Cabildo donde se ejecuta la orden de la reina de España, Isabel de Portugal o el facsimilar de un códice, es reconocer y saber que no ha sido fácil, que es necesario cambiar el relato pues esa historia no nos ayuda a entendernos hoy. Se trata de abrir Puebla para que quepan todas esas pueblas que han quedado fuera del discurso”, sostuvo el historiador y gestor cultural.