Hoy son las elecciones para elegir a las dirigencias de la sección 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y será una prueba de fuego para los trabajadores, ya que es la primera vez que en los casi 80 años de existencia del sindicato sus agremiados, más de 100 mil, podrán decidir democráticamente en una elección abierta a sus dirigentes.
Si bien por ser un ejercicio inédito es incierto y la contienda se ha desarrollado en un contexto que privilegia a los grupos de poder existentes, que obviamente se resisten a dejar el control al perder los puestos sindicales, existen demandas concretas, como la de transparentar los recursos sindicales, que solo las candidatas y candidatos no oficialistas pueden cumplir de ganar.
La contienda se llevará a cabo bajo una serie de sospechas, ya que la mayoría de las candidatas y candidatos a las dirigencias de la sección 23 y 51 desconfía de los padrones que se utilizarán por una serie de irregularidades que han sido denunciadas, además de la inequidad de recursos y el corto tiempo que se tuvo para realizar la campaña.
Estos comicios servirán para medir el sentir de los trabajadores de la educación y la posibilidad de que puedan emerger nuevos liderazgos frente a los candidatos oficialistas, como ya ha sucedido en otras secciones sindicales. De las 58 secciones que tiene el SNTE, sin incluir a dos divisiones de personal politécnico y tecnológico, se han renovado 33 y de ellas, en 14 casos han ganado las corrientes no oficiales del gremio, un número nada despreciable frente a tantos años de corporativismo y del control de las facciones nacidas al cobijo de la maestra Elba Esther Gordillo.
Será relevante el número de participación en las urnas de los trabajadores de la educación, activos y jubilados, y a decir de algunos analistas, la posibilidad de lograr por primera vez una alternancia y una renovación generacional en la dirección del SNTE, implica una afluencia de por lo menos 70 por ciento del padrón electoral. Al margen del resultado que esta votación arroje, el sindicato ha iniciado una nueva etapa para su democratización.