La Conquista de México propició un intercambio de productos alimenticios sin precedentes entre América y Europa. Por supuesto, los europeos quedaron fascinados con la diversidad y los sabores de los alimentos que encontraron en esta región del mundo y muchos de estos productos se integraron rápidamente a la dieta europea.
Este fenómeno no fue unidireccional, de modo que también fueron introducidos al continente americano una buena cantidad de elementos para consumo de procedencia europea; sin embargo, a nivel universal se considera a la cocina mexicana como una de las más ricas y variadas, no solamente por sus típicos sabores intensos sino por los ingredientes de una diversidad sorprendente y técnicas culinarias, dentro de las que sobresalen algunas antiguas y hasta ancestrales, con una diversidad regional que es digna de admirarse y que del centro del país al sur, tiene como predominio los moles, tamales y guisados de hierbas particularmente nutritivas; contrariamente a lo que sucede en el norte, donde predominan esencialmente los platillos con carnes asadas.
Llena de colores verdaderamente vibrantes, se puede decir que los platillos mexicanos tienen un verdadero arrebato de matices, gracias a la utilización de una amplia gama de ingredientes frescos y naturales.
No se puede hacer a un lado la forma en la que, la cocina mexicana está profundamente arraigada en la cultura y las tradiciones del país. Muchos platillos tienen un significado religioso o cultural y hasta se preparan en ocasiones especiales.
Sin embargo, cuando comemos, no nos ponemos a pensar en qué tipo de alimentos son originarios de nuestra región y la influencia que han tenido en el mundo. Por citar solamente un caso, la ultra famosa pizza italiana ha conquistado al mundo, pero lleva como elemento fundamental al jitomate, que es originario de América. Este alimento inicialmente fue cultivado como una planta ornamental, sin embargo, por su sabor, valor nutritivo y propiedades culinarias lo hicieron popular muy rápidamente.
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Uno de los productos alimenticios prehispánicos más importantes que llegaron a Europa fueron, por ejemplo, el maíz, que por su diversidad y alto valor nutritivo lo convirtieron en un cultivo básico en muchas regiones europeas. Las exquisitas “palomitas de maíz” son una sana golosina que todo ser humano debe de conocer.
El chile, en sus diversas variedades, desde el dulce al picante, se convirtió en un ingrediente fundamental en la gastronomía europea actualmente.
Aunque ya existían variedades de calabazas en Europa, las especies americanas aportaron nuevas características y sabores que han sido adoptadas por varios países como los potajes franceses, el risotto italiano, las calabazas con carne de cerdo y salchichas en Alemania y las sopas y purés en el Reino Unido.
La palabra “aguacate” proviene del náhuatl “ahuacatl”, que significa “testículo”. Este nombre se debe a la forma característica del fruto. El aguacate era un alimento importante para las culturas prehispánicas, al que se le atribuían propiedades de fertilidad, seguramente por su forma y que, hoy en día, es un alimento muy popular en todo el mundo.
Pocos imaginan que la vainilla es de México. Su intenso aroma y sabor la convirtieron en una especia muy apreciada, no solamente utilizada en repostería sino también en la perfumería.
El frijol, la chía, el amaranto y el cacahuate, este último con raíces originarias de Sudamérica, pero llegado a México en la época prehispánica, integrándose rápidamente a la dieta de las culturas mesoamericanas. De hecho, los mexicas lo llamaban tlālcacahuatl, que significa “cacao de la tierra”, ya que lo consideraban tan valioso como el cacao.
Por último (sin agotar la lista) queda el chocolate, que siempre fue considerado alimento de los dioses y que en una forma definitiva cautivó a las cortes europeas, que le imprimieron diversos tipos de preparación, con una evolución particularmente especial. Tan es así, que una de las industrias más reconocidas por su larga tradición en la fabricación de chocolate de alta calidad son Suiza y Bélgica, que son países donde es imposible cultivar cacao pero que se consideran particularmente famosos a nivel mundial.
Estos productos no solo transformaron la dieta y la economía europeas, sino que también tuvieron un profundo impacto en la cultura y la sociedad. La introducción de nuevos cultivos permitió alimentar a una creciente población y diversificó la gastronomía. Además, el comercio de estos productos generó nuevas rutas comerciales y enriqueció a muchos comerciantes.
Dentro de nuestra rica gastronomía debemos de sentir orgullo, además de disfrutarla con esa algarabía que caracteriza a nuestros elementos culturales, formativos, ilustrativos y folclóricos. Es indudable que la cocina mexicana forma ya parte de un patrimonio cultural intangible de la humanidad, que es un verdadero tesoro que podemos afortunadamente disfrutar, en cada uno de nuestros días.
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