Con 8 por ciento del total de la población privada de la libertad en centros penitenciarios, Puebla se encuentra en la lista de los 10 estados del país con el índice más alto de internos que cometieron delitos relacionados con el narcomenudeo (drogas).
En el mercado de las drogas, la participación de las mujeres en la última década, como “correos humanos” o mulas, incrementó al doble, al pasar de 13 por ciento en 2010 a 26 por ciento en 2020.
La información fue dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a propósito que este domingo se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico de Drogas, que tiene como fin concientizar sobre las implicaciones que el uso indebido de las drogas y su tráfico ilegal tienen sobre el bienestar y la salud de la población.
Para entender mejor este problema en México, el Inegi presentó información sobre los delitos relacionados con drogas cometidos por la población privada de la libertad y sobre el uso de sustancias psicoactivas en esta población.
Los datos provienen de los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios Estatales y Federal (2021) y de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL, 2021).
De acuerdo con la estadística, el estado con la mayor población penitenciaria que ha delinquido por drogas se encuentra en Sinaloa, con 28.7 por ciento, casi la tercera parte de la totalidad de las personas recluidas en esa entidad. Le sigue Chihuahua, con 26.9 y, posteriormente, Durango, con 26.3 por ciento.
Puebla es la entidad número 10, con 8 por ciento de las personas privadas de su libertad que cometieron un delito relacionado con las drogas.
En contraparte, con 1.4 por ciento se encuentra Hidalgo; Tlaxcala con 1.9 por ciento, y Morelos con 2.2 por ciento.
Crece al doble la participación de mujeres
En México, la ENPOL precisó que 19.6 por ciento de los delitos que cometieron quienes ingresaron a los centros penitenciaros del país en 2020 se relacionó con drogas, ya sea por posesión, suministro, comercio, producción, transporte o tráfico, entre otras actividades, porcentajes que aumentó en la última década.
En el caso de las mujeres, el incremento fue del doble: pasó de 13 por ciento en 2010 a 26 por ciento en 2020.
“Lo anterior, es congruente con la evidencia que señala un aumento en la participación de mujeres en el mercado de las drogas como correos humanos o mulas de la droga”, reveló.
La Encuesta Nacional indicó que la mayor parte de los delitos relacionados con drogas que cometió la población en los centros penitenciarios en 2020 fue por narcomenudeo (61.1 %).
Asimismo, dijo que el principal fue el delito de posesión simple, seguido por posesión con fines de comercio. En el caso de los delitos del fuero federal, señaló que la mayoría fue por posesión de narcóticos.
En comparación con los hombres, expuso que las mujeres recluidas en los centros penitenciarios cometieron relativamente más delitos por el comercio, posesión con fines de comercio y por transporte de drogas.
En cuanto a drogas ilegales, el Inegi refirió que los delitos de narcomenudeo –que las autoridades del fuero común sancionan– ocurren si la cantidad de sustancias psicoactivas (cannabis, cocaína, opio, heroína, alucinógenos o estimulantes de tipo anfetamínico) es inferior a lo que resulte de multiplicar por mil el gramaje especificado en la Tabla de Orientación de Dosis Máximas de Consumo Personal e Inmediato, que establece la Ley General de Salud.
Mientras que, cuando esa cantidad se rebasa, entonces se consideran delitos contra la salud. Estos son responsabilidad del fuero federal y se sancionan conforme al Código Penal Federal.
Cuatro de cada 10 presos consume tabaco y, solo uno, marihuana
En tanto, la ENPOL 2021 dio a conocer que, en el año previo a la encuesta, cuatro de cada 10 personas que se encontraban en reclusión consumieron tabaco y una de cada 10 consumió marihuana.
Dicho consumo de casi todas las sustancias fue menor en mujeres que en hombres.
La Encuesta advirtió que el consumo de drogas implica diversos riesgos para la salud, en especial para quienes consumen sustancias vía intravenosa, pues incrementa las probabilidades de contraer enfermedades como el VIH/Sida.
Sobre esta práctica, alertó que 5.4 por ciento de la población privada de la libertad indicó haber consumido sustancias vía intravenosa alguna vez en la vida. De esta, 96.6 por ciento fueron hombres y 3.4 por ciento, mujeres.
Como parte de las acciones que aumenten la posibilidad de una transición exitosa entre el encarcelamiento y la puesta en libertad, informó que la Estrategia Hemisférica sobre Drogas establece que los estados deben poner servicios de prevención y tratamiento de consumo de drogas a disposición de las personas privadas de la libertad.