-El Cupreder de la BUAP, coordinador del ordenamiento ecológico de Calkiní, Campeche
-Esfuerzo colaborativo de las dependencias federales: Álvarez Buylla
-El Comité, un esfuerzo hacia el “Estado ampliado”, dijo Concheiro
La mañana del 24 de agosto en el Teatro de la Ciudad de Calkiní, Campeche, la secretaria de Medio Ambiente del gobierno de México tomó protesta a los integrantes del Comité del Ordenamiento Ecológico Territorial del Municipio de Calkiní (COEC).
Ellos participaron en la construcción del Programa de Ordenamiento Ecológico y ahora serán los encargados de vigilar que se cumplan los criterios ecológicos para el uso del suelo en esta región de 42 mil habitantes al norte de Campeche y evitar que la llegada del Tren Maya sea caballo de troya de complejos hoteleros, centrales solares o industrias contaminantes.
Y María Luisa Albores, en un discurso conciso y directo, recordó a sus compañeros de presídium, funcionarios de los tres niveles de gobierno , y a los ciudadanos presentes en el acto que el Programa de ordenamiento ecológico territorial -aprobado por el cabildo municipal a las 12.39 horas- no es un simple formalismo que pueda modificarse al antojo de gobernantes con agendas ocultas.
Como señaló la secretaria, el ordenamiento de Calkiní está inspirado en la experiencia de aquél proceso de participación social y comunitaria que tuvo lugar en Cuetzalan del Progreso en 2010. María Luisa Albores recordó que ella misma fue partícipe e integrante del primer Comité de Ordenamiento Ecológico Territorial Integral (COTIC), y que aquella lucha fortaleció su conciencia. “Si hubiéramos permitido la minería a cielo abierto, estaríamos perdidos, con severos problemas de agua, suelo, vegetación y aún más expuestos a huracanes. Nos opusimos y qué bueno, porque aún existen estos espacios de vida en Cuetzalan”.
Fue un acto “redondo”, a decir de los organizadores, encabezados por Juan Garduño, titular de Ecología del ayuntamiento. Empezó con las palabras de bienvenida del presidente municipal, el conocido beisbolista Roque Jacinto Sánchez, que dio a paso a la ceremonia del Chocó´Sakán´, en manos del chamán o h’mem don (…), en el ritual maya propiciatorio de las buenas cosechas. Luego, María Luisa Albores tomó protesta a los integrantes del comité e improvisó un discurso de 18 minutos, que en realidad fue una pequeña conferencia sobre la importancia de la organización social como única posibilidad de defensa del territorio y aprovechamiento racional de la naturaleza.
Más tarde hubo las intervenciones de la representante de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, Flor Calderón, celebrando el acontecimiento, y, por medios electrónicos, de la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro.
Ximena López Cruz, presente en el acto en representación de la titular de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dio unas palabras y presentó a la doctora Maria Elena Álvarez Buylla-Roces. La titular del Conacyt, organismo al que se debió la llegada del Cupreder a esta comisión y el financiamiento del proyecto, expresó también su satisfacción por haber logrado esta primera meta de un Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia, parte del Programa de Sistemas Socioecológicos. Aquí se aprecia el esfuerzo colaborativo entre varias dependencias federales con las estatales y del municipio, pero sobre todo con los habitantes de la entidad.
“El Tren Maya es un proyecto de desarrollo que prioriza ante todo el bienestar de las comunidades de los pueblos mayas y del cuidado de sus recursos bióticos”, así como la enorme riqueza cultural que les da sustento.
Por su parte, la subsecretaría de Educación Superior de la SEP estuvo representada en el teatro por la doctora Alejandra Meza, quien después de un breve recuento dio paso a la presentación de un video hecho por el doctor Luciano Concheiro, titular de la subsecretaría, quien en una detallada intervención definió la creación del Comité en el sentido de “Estado ampliado”, refiriéndose al hecho de que la ciudadanía le da continuidad bajo esta estructura y sus funciones. Subrayó la importancia de las universidades comprometidas con la solución de los problemas específicos de la población y ofreció su apoyo para la continuidad del proyecto.
Además de estas dependencias, estuvieron presentes en el presidium el representante peninsular de la Procuraduría Agraria, Martín Careaga; el representante del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, Carlos Tamayo, y, desde luego, el presidente municipal.
El Cupreder BUAP es la institución coordinadora del trabajo de participación, investigación e incidencia, cuyo resultado es el Programa de Ordenamiento Municipal Integral que recibió la aprobación del comité y el cabildo. A decir del equipo, su esfuerzo en Calkiní replica la experiencia acumulada en la Sierra Nororiental poblana y Tecamachalco, promoviendo este modelo de desarrollo participativo.
“Esta es la antesala propicia para convencer a muchos y muchas presidentes electos que los ordenamientos ecológicos pueden ser una herramienta muy poderosa”, siempre que se construya “de la mano de la gente que luego la pueda instrumentar” porque; “¿quién mejor que la gente que conoce su territorio?, señaló también Albores González.
Regular los usos del suelo significa “cuidar aquello que nos da vida, como los reservorios de agua, y esta lucha topa contra poderes más fuertes que el Estado”, como reconoció la propia secretaria de Medio Ambiente:
“En temas de agua es donde mayor presión recibe la Semarnat. Y este instrumento nos permite cuidarla y hacer intocables los reservorios de agua, que estos espacios siempre estén forestados y sean áreas de vida. Ante las presiones de intereses económicos, debemos apresurar los ordenamientos”
Este combate en las sombras permea la construcción del Tren Maya y esa es la razón que los funcionarios del gobierno federal presentes en la instalación del comité de Calkiní el 24 de agosto destacaran la urgencia de promover nuevos ordenamientos en Campeche y Yucatán para mitigar, o paralizar, los movimientos especulativos que ya cimbran la península.
Calkiní decide su futuro
El acompañamiento crítico del desarrollo en el sureste mexicano existirá si los ordenamientos ecológicos incorporan comités ciudadanos autónomos y vigilantes, siguiendo el denominado modelo Cuetzalan, que no deja de lado los estudios técnicos más avanzados.
Y esa idea motriz, recurrente e innegociable del Cupreder fue la que motivó los trabajos de campo, los talleres de caracterización, así como los foros sobre agua, cacería, turismo y artesanías que el equipo interdisciplinar -22 investigadores de la BUAP- realizó en Campeche desde noviembre del 2020: 980 horas de talleres y reuniones de análisis que sumaron la presencia de casi 500 representantes de los sectores productivos y sociales del municipio, 18 talleres y foros de construcción de los componentes del Ordenamiento en el comité de Calkiní, amén de reuniones específicas con funcionarios, expertos y declarantes clave.
Este río de información, entre mapas, escenarios, taxonomías y otros estudios, se canalizó en las 600 páginas del Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio de Calkiní, Campeche: un conjunto de políticas ambientales que definen la protección, la conservación, la restauración o el aprovechamiento sustentable de los suelo de Calkiní para mitigar los problemas de contaminación del manto freático, tiraderos de basura a cielo abierto, deforestación, quemas no controladas o extensión de la mancha urbana.
Y aunque parezcan tecnicismos, las 32 unidades de gestión ambiental resultantes del trabajo con y para los pueblos de Calkiní determinan cosas tan importantes como el número máximo de habitaciones que puede tener un hotel, el límite de megavatios de las centrales renovables que busquen instalarse en la región o el freno a esas granjas de marranos que descargan sus purines en el acuífero maya, en el vecino estado de Yucatán. Tan sólo por la amenaza que representa la excesiva extracción y la imparable contaminación del manto freático se justificaría la hechura de este instrumento de regulación del uso del suelo.
Fue en el Teatro de La Ciudad Pedro Raúl Suárez Cárdenas la mañana del 24 de agosto, cuando se formó el Comité del Ordenamiento Ecológico Territorial del Municipio de Calkiní (COEC) y Aurelio Fernández Fuentes, director del Cupreder, propuso que la escritora y académica Cessia Chuc fuera elegida como secretaria de este organismo.
Se levantaron las cartulinas de votación en la platea y por unanimidad se designó a esta vecina del pueblo de Békal, mujer maya, conocida y reconocida por su trabajo en favor de los pueblos originarios al defender su lengua, su cultura y sus vestigios arqueológicos. Algo que destacó en su discurso de aceptación:
“Somos herederos de una gran civilización que supo respetar todos los seres vivos y este principio de respeto y de reciprocidad debe prevalecer en este comité siguiendo los saberes de pensamiento maya”.
Y de esta reciprocidad nació el ritual maya del Chocó´ Sakan´ que a las 10.20 de la mañana precedió la instalación del comité de Calkiní, siendo un ritual que propicia el comienzo de un ciclo de siembra y cosecha, porque, como dijo Aurelio Fernández, el hilo conductor de este trabajo debe ser el pensamiento indígena maya, expresado en prácticas como esta. Hoy no es una conclusión, agregó, sino un inicio de un proceso que se antoja tan arduo como esperanzador. María Luisa Albores dijo que los ordenamientos no son nada si la gente no los defiende. Concretarlo no será cosa fácil, pero entre flujos y reflujos, expectativas y realidades, algo nuevo empezó a andar un martes de agosto en Calkiní. Y de ello dependerá que el desarrollo peninsular no sea otra historia de cancunización insostenible.