El precio de los alimentos no baja y por tanto la mayoría de las familias tienen que restringir el consumo, especialmente los hogares de menores ingresos. Se estima que los hogares de los deciles más bajos destinan alrededor de 75% de su ingreso a la canasta básica, mientras que para las familias de los deciles más altos representa menos de 30% de su ingreso total.
Según el monitoreo de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), el costo de la canasta básica alimentaria en Puebla tuvo una disminución marginal en comparación con enero de 2024, aunque Puebla se encuentra entre las cinco entidades que tienen los precios más bajos de dicha canasta.
Este año hemos visto un alza persistente de los precios agropecuarios, principalmente de las frutas y verduras, que fueron y son los más encarecidos y que generalmente el movimiento de sus precios se relaciona con la estacionalidad de la producción, aunque en este año las condiciones climáticas, la sequía y las afectaciones por plagas han mantenido los precios altos.
La Anpec refiere que la ligera disminución de precios es consecuencia de un fenómeno de deflación, producido por una reducción del consumo, ocasionando por una disminución de la demanda, lo que obliga a los comercios a reducir sus precios para vender sus productos.
Pero no solo la canasta alimentaria en este año ha sufrido incrementos considerables, sino la no alimentaria. La canasta de consumo mínimo integrada por 176 bienes y servicios que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, son fundamentales para la vida. Entre ellos, además de las frutas, verduras, proteínas animales y alimentos preparados, están servicios de la vivienda, transporte, artículos de higiene personal, artículos de limpieza para el hogar, entre otros. Y si bien el incremento inflacionario según información del Inegi se ha controlado, el consumo para una gran parte de los hogares de menores ingresos se ha visto severamente castigado.


