Aunque no han detenido proyectos de construcción por inseguridad, los municipios de Amozoc, Puebla, Huejotzingo y Coronango son considerados focos rojos por la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda (Canadevi).
El presidente de esta, Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, indicó que en esas demarcaciones es en dónde con mayor frecuencia han sido víctima de robo en la obras.
Entre lo sustraído por los delincuentes se encuentra material para construcción y equipo de tamaño mediano, como son motoconformadoras, bailarinas, aplanadoras y rotomartillos, mientras que en días de pago han tenido asaltos en las oficinas, de donde los delincuentes se llevan el dinero de la nómina,
“Nos han robado, nos han asaltado, nos han quitado maquinaria, pero no tengo noticias donde se haya detenido la construcción de vivienda por este tipo de circunstancias. Simple y sencillamente cambiamos formas de trabajar, medios de trabajar y buscamos la manera de seguir construyendo, pero no hemos parado”, comentó en entrevista.
El dirigente indicó que mantienen comunicación con el gobierno estatal para reforzar la seguridad en algunos puntos, así como para instalar el botón de alertamiento en los lugares en donde se están edificando casas y en las oficinas de las desarrolladoras.
Luis Alberto Moreno indicó que en 2019 registró alrededor de una decena de atracos, mientras que en lo que va de este 2020 no se ha presentado ningún incidente delictivo en contra de empresas agremiadas a la cámara.
En ese mismo año, cabe recordar, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción estimó en 5 millones de pesos al mes la afectación por robo de maquinaria, equipos, vehículos y nóminas.
De acuerdo con el dirigente de los constructores, José Antonio Hernández González, los atracos se perpetraron tanto en los sitios en donde desarrollaban trabajos, como en las instalaciones de las organizaciones agremiadas.
Coincidió con su homólogo de Canadevi en que los robos en las oficinas se dan principalmente en viernes y sábado.
El constructor denunció que los equipos terminan en mercados como el San Francisco Totimehuacan, así como en casas de empeño.
En tanto que las camionetas dejaron de ser utilizadas por huachicoleros para trasladar el combustible ordeñado, optaron por desvalijarlas y vender las autopartes en la 46 Poniente, en la ciudad de Puebla.
Mientras que los trabajadores de las constructoras recurrentemente sufrieron atracos en el transporte público, donde fueron despojados de celulares, así como de su salario.