En los límites de los estados de Puebla y Morelos, en los municipios de Tochimilco y Tetela del Volcán, hay al menos mil pozos clandestinos donde principalmente se extrae agua para su venta a través de pipas y para el riego de sembradíos de lo que han llamado la “fiebre del aguacate” o el “oro verde”.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ubicó a la entidad poblana en el sexto lugar nacional con una producción de 20 mil 975 toneladas de aguacate por año.
Pobladores de la comunidad de Alpanocan revelaron a La Jornada de Oriente que la “fiebre del aguacate” en esta zona de la entidad que limita con Morelos –donde se registra un conflicto social con el pueblo de Tetela del volcán por la disputa del agua– ha provocado una sobreexplotación del recurso hídrico.
Dijeron que los pueblos de esta región de por sí registran una escasez del líquido para uso doméstico, que antes sólo se resentía en la temporada de estiaje; sin embargo, mencionaron que en la actualidad es el mal de todos los días.
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Lugareños revelaron que existen varios factores que han exacerbado la falta de agua en sus hogares, entre ellos el uso y la renta para el riego agrícola.
“Antes el agua de los manantiales eran para consumo del pueblo, para beber, cocinar, bañarnos y otros usos domésticos, pero ahora lo extraen para rentar porque mucha gente se dedica a la siembra del aguacate”, relataron.
Incluso, afirmaron que en esta temporada de seca llegan a pagar 5 mil pesos mensuales por renta de agua para sus parcelas.
La sobreexplotación del agua en la región cercana al volcán Popocatépetl se viene registrando desde el año 2007 y, desde entonces, los problemas por la disputa de los manantiales entre los pueblos de Tochimilco y Tetela del Volcán se han recrudecido.
“Más de 80 por ciento del agua que se extrae es para regar las plantas de aguacate y otros cultivos”, refirieron, al precisar que una mata pequeña requiere de un consumo de 20 mil litros anuales para sobrevivir.
Revelaron la siembra de árboles de aguacate causa que se filtre menos agua hacia los acuíferos, aunado a que la deforestación asociada al cultivo aumenta el nivel de riesgo relacionado con la erosión y el desbordamiento de ríos.
Los principales municipios productores en el estado de Puebla son: Atlixco, Tochimilco, Ajalpan, Huaquechula, Izúcar de Matamoros, San Andrés Cholula, Tepexi de Rodríguez, Tetela de Ocampo, Teziutlán, Tianguismanalco y Tlatlauquitepec, entre otros.
Conagua aprueba perforar pozo para uso agrícola en Alpanocan
El lunes 25 de marzo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aprobó en una reunión que sostuvo con los gobiernos estatales de Puebla y Morelos, por el conflicto del agua en Alpanocan y Tetela del Volcán, la perforación de un nuevo pozo en la zona territorial en disputa de ambos pueblos para riego agrícola.
Dicho acuerdo provocó el malestar entre los pobladores de la comunidad de Alpanocan, debido a que este pueblo carece de agua para uso doméstico y el nuevo pozo será destinado solo para regar cultivos.
Incluso, reclamaron que la Conagua debería clausurar y sancionar la perforación de un millar de pozos clandestinos que hay en la zona, que en corto plazo dejará sin agua a poblaciones enteras.
“El robo de agua para irrigar huertos genera deforestación, y muchos productores extraen el líquido de arroyos, ríos, manantiales y pozos sin que la Conagua haya emitido las concesiones correspondientes”, acusaron.
En 2021, la Conagua detectó en Puebla 116 pozos clandestinos, pero únicamente sancionó a 52 por extracción ilegal, al no pagar ningún derecho de usufructo.
La multa por operación ilegal de una perforación, noria o pozo profundo, va de los 130 mil pesos hasta 1 millón 738 mil pesos.
Cultivo del aguacate genera problemas ambientales y sociales en pueblo campesinos: ONG
En 2020, el organismo internacional Global Forest Watch alertó a las autoridades que el incremento en la última década de hasta 40 por ciento de la producción de aguacate en el estado de Puebla, con el auge del cultivo y la expansión de la plantación, ha generado problemas ambientales y sociales en las comunidades de origen campesino, asociado a la cooptación de la producción por el crimen organizado.
Advirtió que es trascendental evitar que se replique el problema de violencia que se vivió en Michoacán, en estados como Puebla donde la producción del aguacate es creciente.
A nivel global, la producción de aguacate ha sido centro de controversia a tal grado que se acuñó el término “aguacates de sangre” (o blood avocados), por el costo ambiental, social y la violencia.
La pelea por el aguacate en México formó grupos de autodefensas en 2013, en el estado de Michoacán, para confrontar al cártel “Los Caballeros Templarios” que vieron en este producto una forma de lavar dinero y operar como cualquier otro negocio.
A partir de entonces, en Michoacán inició una era de secuestros y homicidios a cambio de cuotas que debían pagar los productores.