Para que un músico haga buenas fugas, debe tener alma barroca. Esos ya no se dan estos
días.
En junio de 2018, al calor de las elecciones presidenciales, Ernesto Cordero denunció ante
la Procuraduría General de la República a Ricardo Anaya, entonces candidato presidencial.
Le acusó de lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita, lo que provocó un escándalo en el que Anaya se colocó en el centro. Adicionalmente, el entonces candidato presidencial José Antonio Meade, levantó señalamientos también en contra de Anaya. Luego de la disputa por la presidencia, de donde salió victorioso Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las aguas se tranquilizaron y Anaya siguió transitando por la política mexicana con más pena que gloria, luego de sus fallidos intentos por ser simpático y conectar con el pueblo a través de sus videos en redes sociales. Las aventuras de Anaya son más recordadas por los memes a que han dado origen, que por el contenido de sus propuestas, sin embargo, había sido merecedor de algunas menciones en la conferencia matutina del Presidente.
Un hecho que hizo levantar las cejas a más de uno, fue una publicación en redes sociales donde AMLO aparece en pleno corte de cabello, de donde se puede interpretar que sólo su peluquero le toma el pelo, aunque también se podría entender como una poda de aquello que sobra. No sabemos exactamente el significado del mensaje, pero desde hace varios días Ricardo Anaya parece no estar tranquilo a causa de las acusaciones que se han hecho en su contra.
Vale preguntarnos si aquella fotografía curiosa del Presidente a media peluqueada se relaciona con algún mensaje a quienes de alguna forma están relacionados con el tema de Anaya, e incluso aquellos que viendo las barbas de su vecino cortar, deberían poner las propias a remojar.
Algo que vale la pena resaltar ha sido el intento de Anaya y un sector de la oposición por hacer pensar que la fuga del presunto criminal es a causa de persecución política; en este caso, un caso mal armado, podría resultar en una tomada de pelo no sólo al Ejecutivo, sino a la nación, que sin duda podría tener costos políticos y que en el mediano plazo pudiera favorecer a la oposición, concretamente a Ricardo.
Las respuestas a nuestras especulaciones sólo nos las puede dar el tiempo, que todo lo sabe. Mientras no queda más que seguir esperando noticias mientras ronda en mi mente el recuerdo de Ricardo, sonriente y descarado anunciando uno a uno los votos aprobatorios de la reforma energética.
No sé, pero ¿qué tal que Santiago Nieto tiene vocación de barbero? Sin duda tendría mucha chamba, es cosa de que los cotorros sigan cantando, a ver si su canto sale efectivo. Sería mucha belleza, pero no cuesta nada soñar.