4.5 millones de pesos fue el costo total de la restauración del conjunto escultórico ecuestre  de Santiago Apóstol. La réplica del santo más venerado en la Mixteca poblana desata polémica entre la feligresía, que expresa su descontento ante la figura del caballo, desproporcionada y caricaturesca. 

Tras el regreso completo del “Migrante de la fe” al templo de Santiago Apóstol –inmueble dañado por el sismo de 2017 que no ha sido reconstruido por el INAH–, los comentarios en redes sociales criticando la restauración de la escultura se han multiplicado y las quejas escalan a la jerarquía eclesial. 

En entrevista, el sacerdote José Gilberto Sombrerero Hernández reveló el sentir y las opiniones de los feligreses en torno al caballo; reconoció que las opiniones refieren un tamaño mayor al original, lo que hace evidente una desproporción, además en una posición relinchando, cuando el original tenía una actitud briosa pero de galope y “mirada al frente, avanzando”. 

En redes sociales y en un sondeo que hizo este diario fuera del templo, el equino ha sido descrito como “enorme en relación al santo”, “caballo de carrusel, por su carita de caricatura”, “imagen de piñata”, incluso como “caballo de Barbie”. 

El pasado viernes la estatua del caballo fue recibida por la presidenta municipal Irene Olea; el gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes, y el arzobispo en un acto a puerta cerrada, restringiendo la entrada a feligreses y curiosos. 

Prieto entrega escultura en partes, informa costo de restauración incompleto

Con la entrega oficial del caballo de Santiago Apóstol a Izúcar de Matamoros se concluyen los trabajos de restauración del santo al que se había planeado dedicarle un santuario. Durante el sismo de septiembre de 2017 la cúpula de la iglesia cayó sobre la escultura del siglo XVII. Santiago Apóstol montado sobre su caballo se hizo añicos y el animal quedó reducido a polvo. Especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tardaron cinco años en intervenir la imagen y trasladarla al templo en Izúcar de Matamoros; siete meses después la empresa artCare, contratada por el INAH, entregó el caballo.  

Diego Prieto Hernández, director general del INAH, declaró que el costo de la restauración habría alcanzado los 3 millones de pesos. Pero de acuerdo con el oficio 330018323000010 y el cumplimiento al Recurso de Revisión RRA 968/23, el monto fue de 4 millones 564 mil 175 pesos  

Un caballo de 1 millón de pesos

De acuerdo con la respuesta del INAH con folio 330018323000010, fue el restaurador Arcadio Marín Marín quien se hizo cargo de la reconstrucción del caballo, que tuvo un costo total de 1 millón 119 mil 853 pesos. 

De acuerdo con el “Proyecto de Restauración del Conjunto escultórico de Santiago Apóstol de Izúcar de Matamoros” la escultura del caballo no fue posible restaurarla, pues el impacto de la cúpula que cayó encima fragmentó considerablemente la imagen, resultando en la pérdida de volumetría y estructura de aproximadamente 80 por ciento de la forma escultórica, por lo que tuvo que reconstruirse de la nada.  

En el expediente, especialistas del INAH hacen mención “de los poderes que tiene el caballo en relación de fertilidad y virilidad” relacionadas con la dimensión del aparato reproductor del animal que destacaba en la escultura original (miembro que fue eliminado por un sacerdote del siglo pasado sin permiso de la feligresía) 

La recomendación antropológica en el Proyecto del INAH solicitó conservar  “el realismo exacerbado por la estética que poseía el caballo, en relación con los músculos, la esclerótica y las venas, que son sinónimo de fuerza, a la vez los remite a la protección que el caballo otorga a los feligreses, es por ello que se sugiere que en la nueva talla del animal se contemplen estos elementos, de esta manera la escultura continuará representado protección”. 

Sin embargo, el nuevo caballo, aunque de gran dimensión, a decir de voces entrevistadas, no proyecta el sentido ‘viril’ de la escultura original.  

La propuesta económica del restaurador Marín, en una hoja membretada por la empresa artCare, revela que el tiempo de la elaboración del caballo fue de ocho semanas. 

Entre los costos mayores destaca el talado de la escultura por 158 mil pesos, la aplicación de policromías costó 102 mil pesos, la elaboración de croquis y plantillas se cotizó en 70 mil 600 pesos. 

El servicio para la transportación y traslado de la pieza escultórica a su lugar de origen, coordinada por la CNCPC, fue de 63 mil 248 pesos, y su embalaje, que consistió en la envoltura de la pieza en tela de pellón asegurada con cinta adhesiva, tuvo un costo de 14 mil 545 pesos.