A partir del gobierno de Carlos Salinas, sistemáticamente se escucha que el país camina por la ruta correcta del desarrollo, el crecimiento económico y la superación de los rezagos sociales; pero lo cierto es que más de la mitad de la población vive en situación de pobreza, las oportunidades de empleo son escasas, los salarios precarios y el precio de la canasta de alimentos va en aumento.
Un estudio elaborado en la UNAM revela que, en los últimos 30 años, la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario mínimo, medida por el costo de la Canasta Alimentaria Recomendable (CAR) –integrada por 40 alimentos– para una familia de cuatro personas: dos adultos, un joven y un niño, es de 80.08 por ciento. Frente a este bárbaro deterioro, los recientes “aumentos” al salario mínimo resultan ofensivos para los trabajadores.
En octubre de 2016, la CAR –que no incluye vivienda, salud, educación, vestido, calzado y transporte–, costaba 218.06 y un año después llegó a 245.34 pesos, es decir, aumentó 27.28 pesos (12.5 por ciento), el mayor aumento desde mediados de la década de 1990.
En el mismo periodo, salario mínimo aumentó 7 pesos y el incremento para 2018 es de 8.32 pesos; la suma de ambos da un total de 15.32 pesos; por lo que, el aumento de la CAR ya se comió en un año el aumento salarial de dos años
Diversos especialistas señalan que la propuesta para elevar el salario mínimo a 95.24 pesos diarios, o hasta 171 pesos para el próximo sexenio, resulta insuficiente ya que no es posible garantizar bienestar a las familias considerando que se requieren 245 pesos diarios, solo para la alimentación.
La economía sigue estancada y crece la pérdida de confianza en los consumidores al sentirse defraudados con los combustibles que les fueron anunciados que bajarían de precio por la supuesta reforma energética; sin embargo, el gas y la gasolina siguen al alza, incrementos en la inflación, la canasta básica continúa en aumento y una economía familiar deteriorada.
En la administración de Enrique Peña Nieto, el salario mínimo de los trabajadores ha aumentado nominalmente 12.8 por ciento, pero su poder adquisitivo real disminuyó 11.11 por ciento debido al incremento de los precios de los productos básicos, y con un salario mínimo actual de 88.36 pesos, únicamente se puede comprar 33.5 por ciento de los 40 alimentos incluidos en la CAR.
Existe una enorme disparidad entre los salarios de los socios del TLCAN: México 0.57 dólares (11 pesos por hora), Estados Unidos 7.25 dólares (139 pesos por hora), Canadá 8 dólares (153.44 pesos por hora), mientras que el titular de la Comisión de Salarios Mínimos gana 173 mil 436 pesos mensuales y lleva 26 años en tan jugoso cargo.
En conclusión, el poder adquisitivo se desploma y el gobierno, en lugar de generar un cambio en las políticas salariales y laborales, lesiona los intereses de los trabajadores y la economía de los hogares de los más de 70 millones de mexicanos pobres.
