El “Informe de evaluación de la política de desarrollo Social”, publicado ayer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), indica que durante los años del encierro obligado por el coronavirus, la población en pobreza extrema en el estado de Puebla aumentó 4.6 por ciento, ya que mientras en 2018 estaba en esa situación el 8.1 por ciento de personas radicadas en esta entidad federativa, para 2020 la proporción aumentó a 12.7 por ciento.
En tanto que la población en pobreza simple elevó 4.4 por ciento, puesto que en 2018 58 por ciento de quienes viven en territorio poblano se encontraban en esa condición y dos años después creció a 62.4 por ciento.
Sin duda que todas las mediciones que se hicieron en el periodo especial de confinamiento marcan tendencias, comportamientos y hábitos que no pueden ser evaluados de otra manera que no sea como resultado de un momento especialmente delicado, aunque sus impactos sí tienen una influencia clara actualmente.
En el terreno económico la pandemia, sumada al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ha generado que muchas materias primas y enseres estén escasos y eso se refleja también en el aumento de la inflación.
Sin embargo, hay que aclarar también que hay especialistas que advierten que en la medida en que la recuperación económica suceda y que los programas sociales implementados por el gobierno de la República surtan efecto, los índices de pobreza podrían disminuir.