De 2010 a la fecha, la Procuraduría General de la República (PGR) inició 37 mil 648 averiguaciones previas y carpetas de investigación por robo, sustracción y posesión ilícita de hidrocarburos, principalmente en Puebla y Veracruz, donde la situación se agrava.
En ambos estados, se ha detectado que los grupos criminales de los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se disputan el control del huachicoleo.
En los últimos ocho años, Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó la detección de 36 mil tomas clandestinas en su red; además, por el delito de robo de hidrocarburo por esa modalidad, presentó 19 mil 400 denuncias, en las que se incluye a 164 trabajadores.
La PGR y Pemex estimaron que se extraen de manera ilícita alrededor de 23 mil barriles de hidrocarburos por el método de perforación de ductos, que al ser vendidos en el mercado negro podrían alcanzar ganancias de hasta 21 mil millones de pesos anuales.
Asimismo, las autoridades federales y estatales revelaron que los integrantes de organizaciones criminales dedicadas al robo de hidrocarburos, conocidos como huachicoleros, han adquirido mucha práctica.
Incluso, bastan 47 minutos para que perforen un ducto de Petróleos Mexicanos y carguen una pipa.
Las dependencias precisaron que el barrenado de un ducto debe ser preciso y con el tiempo adecuado para evitar un incendio, como ha ocurrido en varias ocasiones. Por ello no se descarta que personal de Pemex esté involucrado en el ilícito.
Las investigaciones efectuadas por La Jornada revelaron que la maniobra para taladrar el tubo debe ser despacio, además, durante el barrenado se vierte agua para impedir que el ducto se caliente. Posteriormente se sella, se coloca la válvula y así obtienen el hidrocarburo a presión. Dicha operación tarda aproximadamente 40 minutos.
Refirieron que una vez colocada la válvula, la toma está lista para la ordeña, que les lleva siete minutos para llenar una pipa de hidrocarburo.
Fuentes que encabezan las operaciones contra el huachicoleo explicaron que para poder perforar los ductos, en algunos casos hay participación de empleados de la empresa.
En ese sentido, argumentaron que entre los detenidos desde 2006 a la fecha hay personal de Pemex Refinación, Pemex Gas y Petroquímica Básica y Pemex Exploración y Producción.
Según los reportes algunos de los trabajadores han sido detenidos por robo de material y equipo, que se presume es utilizado para la perforación de ductos; otros, por falsificar credenciales de la empresa, lo que les facilita las acciones a delincuentes.
Además, entre los trabajadores también hay otros que han formado parte del crimen organizado, como el caso de Juan Antonio Olvera, detenido en noviembre de 2009 en Tamaulipas por pertenecer a los Zetas.
El robo de combustible no es solo a ductos, sino también en centros de distribución
Sin embargo, informaron que el robo de combustible no solamente ocurre en los ductos, sino en los centros de distribución en cantidades que podrían llegar a mil 500 barriles semanales, unos 240 mil litros, que son destinados de manera ilícita a compañías que utilizan grandes cantidades de combustibles como diésel y gasolina.
Funcionarios del gabinete de seguridad revelaron que el cierre de ductos en Puebla, Veracruz, Tlaxcala y de Sonora a Sinaloa, así como el cambio de administración de la terminal de Salamanca, han generado que las poblaciones y grupos que antes se dedicaban al huachicoleo aumenten la violencia y ahora obtengan recursos con el robo a trenes de carga.
Ante lo expuesto, la petrolera mexicana decidió cerrar ductos en el llamado “Triángulo Rojo”, que abarca municipios de los estados de Veracruz, Tlaxcala y Puebla, al igual que en el tramo que va de Topolobampo, Sonora, hasta Los Mochis, Sinaloa.
De acuerdo con la información obtenida, en el primer caso las comunidades que participaban del llamado huachicoleo y el grupo que dirige Roberto de los Santos, El Bukanas, integrante del cártel de Los Zetas, agregó a sus actividades ilícitas el robo de mercancías trasladadas en tren.
Asimismo, a esta organización se le responsabiliza de la violencia en comunidades cercanas a los puntos de extracción ilícita de combustible, como el ataque a trenes en la zona de Orizaba, Veracruz, y Puebla, donde se dejó de suministrar combustible a través de los ductos de Pemex.
Finalmente, para frenar el huachicol Pemex trabajaría en el desarrollo de un nuevo sistema de ducto, que será menos vulnerable a la perforación ilícita y permitirá el traslado de hidrocarburos sin mantenimiento durante plazos que irían de los 20 a los 30 años.