La intensa caída de ceniza del volcán Popocatépetl no fue impedimento para que cientos de personas pasearan este domingo por la ciudad de Puebla, varías de ellas sin protección alguna.
Familias enteras, algunas de ellas con bebés; grupos de amigos, parejas y turistas recorrieron el zócalo, cuya plancha está cubierta del material exhalado por el coloso.
Wenceslao González fue una de las personas que acudió al zócalo a distraerse, ya que dijo el domingo es el único día que tiene para descansar y no pensaba desaprovecharlo.
“Más miedo me da que explote, no nada más la ceniza. Sí impide, pero tenemos que salir como sea es que es domingo, es el día que sale uno a pasear y luego uno ahorita tiene que salir uno aunque sea a dar una vuelta”, comentó
Janeth del Ángel y su novio también anduvieron en el Centro Histórico, pero admitió que fue una mala idea, puesto que la ceniza ya les estaba generando irritación en boca y garganta, además de que tanto ella como su pareja no llevaban cubrebocas.
“Lo visual también afecta mucho, ya nos vamos a regresar porque es incómodo. Mala idea, muy mala idea, no se puede estar, no se puede pasear muy bien”, refirió.
Mientras que en los restaurantes de los portales, que suelen estar llenos en fin de semana, sus mesas lucieron prácticamente vacías y además llenas de ceniza, a pesar de la recurrente limpieza de los meseros.
En tanto que en la calle 5 de mayo también hubo alta afluencia de personas, las cuales parecía que las tomó por sorpresa la cantidad de ceniza que caía, por lo que los vendedores de mascarillas y caretas, incluso los de sombrillas, elevaron sus ventas, pues los paseantes buscaban la forma de protegerse.
Mientras que la gran mayoría de los comercios estuvieron abiertos, tomando algunas medidas adicionales, principalmente colocando hules sobre sus productos, a fin de evitar que se contaminaran o ensuciarán con la ceniza.
Más al norte, en las inmediaciones del mercado 5 de mayo, cientos de personas acudieron a comprar los alimentos que consumirán a lo largo de la semana, la mayoría usaba cubrebocas.
Sin embargo, la rehabilitación de calles, conjugada con la caída de ceniza volcánica dificultaba la llegada de clientes.
Itzayana Nava, encargada de una tienda de tenis localizada en la 16 poniente, confirmó que a partir del arranque de los trabajos por parte del ayuntamiento de Puebla y del incremento en la actividad del coloso, ha habido días en que sus ventas han sido nulas.
“Con el polvo, la ceniza y todo eso, han bajado mucho las ventas, a veces no se vende nada. (Tratamos de atraer a los clientes) hablándoles, diciéndoles y así, depende de la gente que pase, igual”.
De continuar esta situación, no descarta que en uno o dos meses cierren definitivamente, puesto que actualmente los ingresos que tienen no alcanzan a cubrir todos los gastos de operación.
Calles más adelante, en la 18 poniente y 7 norte, Jerónimo Guerrero Blas, vendedor de tacos de barbacoa y mixiote de res, indicó que sus ventas cayeron en alrededor de 80 por ciento desde que aumentó la actividad de Don Goyo, ya que la gente tiene desconfianza de comer en la vía pública porque los alimentos podrían estar contaminados con la ceniza.
“La verdad sí está afectando un chingo, mucho las ventas, casi la gente no quiere comer en la calle, sí ha bajado demasiado… Tratamos de tener tapadas todas las salsas, el consomé, donde se pica la carne, tratamos de tapar todo, que no se afecte nada”, declaró.
Jerónimo añadió que esta situación afectará su economía, aunque manifestó que todavía no tiene pensado cómo le hará para solventar todos sus gastos.
En el punto en el que él se instaló la ceniza en el ambiente era aún mayor, ya que por ahí circula el transporte público y al pasar levantaba toda la que cayó a lo largo de los últimos días.
No obstante, en otros puestos ubicados en la 5 norte y 18 poniente, todos los puestos de comida se mostraban concurridos.