El Judas que encarnó a los gobernantes de México, lo mismo la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que el gobernador de Puebla Alejandro Armenta Mier y el presidente municipal José Chedraui Budib, se resistió a arder.
Este sábado 19 de abril, en la plazuela del barrio del Artista, uno de los seis Judas, aquel que imitó la figura de un diablo, jugó con la sorpresa de los asistentes: primero tardó en ser prendido, luego revoloteó e impulsado por los mismos fuegos artificiales cayó al suelo ante la sorpresa de los organizadores y el público.
“Se resistieron a arder”, dijo una voz entre la multitud que, como cada año, abarrotó el barrio del Artista, acaso el único espacio en la ciudad de Puebla donde se conserva la quema de los Judas, un acto tradicional para, literalmente, “quemar al mal”.
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El Judas vestido de diablo fue el último de los seis muñecos de tamaño natural, hechos de estructura de carrizo y cubiertos con papel china, que fueron prendidos este sábado entre gritos de “¡chicharrón, chicharrón!” y “¡que los prendan que los prendan!”.
Además de los gobernantes nacionales y políticos del ámbito internacional como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en los Judas ardieron personajes de la farándula, miembros del mismo barrio de Artista y medios de comunicación del ámbito local.
Todos ellos fueron identificados como traidores, comparados con la imagen de Judas y quemados como indica la esta tradición que probablemente procede de una antigua práctica del Santo Oficio en España. Una versión actual de la historia bíblica protagonizada por Judas, a quien se le conoció como traidor, por lo cual desde la época medieval nadie podía cargar con ese adjetivo.
La quema de Judas que era practicada en España desde el siglo XVI, en donde un muñeco de cartón era quemado en la plaza pública, tomó en México su propio curso, pues era realizada durante el sábado santo, y su práctica servía como rito de limpieza para así poder terminar con las “malas vibras” o también para marcar el principio de la primavera.
En Puebla, como desde 1942 con excepción de los tres años de contingencia sanitaria provocada por el Covid-19, la quema de los Judas reunió a cientos de visitantes en la plazuela del Artista, un acto animado por los propios artistas y los asistentes.
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