Cientos de pobladores de San Miguel Xoxtla frenaron este martes el inicio de la perforación del llamado pozo “Pavigi” o “Bienestar”, pues aunque la alcaldesa Guadalupe Ortiz Pérez afirma que es para abastecer a la población que carece del líquido, los inconformes señalan que se trata de un engaño para justificar las obras para llevarse agua a la ciudad de Puebla.
La protesta surgió cuando maquinaria pesada y una pluma de excavación profunda, enviadas por el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla, arribaron al predio de la unidad deportiva “Pavigi” con la intención de iniciar los trabajos. La comunidad se movilizó de inmediato, bloqueando el ingreso de la maquinaria y deteniendo el comienzo de la obra.
Minutos después, elementos de la Policía estatal resguardaron el predio para evitar que los manifestantes tomaran el lugar, lo que derivó en un incidente cuando una joven identificada como Elba Gordillo Cuautle fue empujada por un agente policial, cayendo al suelo junto al uniformado. Pese a resultar lesionada y ser atendida por paramédicos, hasta el momento las autoridades han negado su traslado a un hospital para una revisión completa.
“A mí me empujaron hacia la banqueta. He solicitado que me trasladen a un hospital para que me valoren la cabeza y el hombro, porque tengo dolor fuerte, pero me dicen que no es grave”, declaró la afectada.
Pascual Bermúdez Chantes, representante del movimiento opositor, señaló que la tensión persiste porque la maquinaria continúa intentando acceder al predio bajo la vigilancia de la policía estatal. Denunció también el uso de inhibidores de señal para evitar que los pobladores documenten y difundan la situación en redes sociales.
Aunque la presidencia municipal aduce que el nuevo pozo abastecerá de agua a los sectores que no la reciben, el malestar social se agravó tras la protesta del lunes pasado por la introducción de tubería cerca del pozo 4 y la anunciada sustitución del pozo 2, obras impulsadas por la alcaldesa Ortiz Pérez. Los inconformes insisten en que estas acciones son un pretexto para transferir un mayor volumen de agua a la capital poblana, en menoscabo del abasto local.


