Al inaugurar el primer simposio internacional Reflexiones y alcances a 35 años de la declaración de Puebla Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad que se realiza en la UAP, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller respaldó la propuesta para que el Barrio Histórico Universitario (BHU) pueda ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Acompañada por Rosalva Loreto, directora de Patrimonio Histórico Universitario de la UAP, la investigadora adscrita al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” apoyó la propuesta que llevaría a que 45 edificios históricos universitarios reciban la declaratoria Patrimonio cultural de la humanidad, “una distinción no difícil de construir ni de mostrar, pues se advierte al recorrer las calles.
Con un compromiso que dijo es académico, personal y de corazón que se prolongaría hasta septiembre de 2024, con el término de mandato de su esposo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, la también promotora de lectura planteó la propuesta académica de convertir al BHU en patrimonio cultural de la humanidad, incluido no sólo su patrimonio edificado sino el patrimonio mueble, artístico y el documental.
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En el acto inaugurado por la rectora Lilia Cedillo, y con la presencia de Frédéric Vacheron, representante de la Unesco en México, así como docentes y miembros de un Consejo del cual también forma parte, expuso que no todas las universidades del país y del mundo pueden jactarse de tener un patrimonio como el que posee la UAP.
El patrimonio universitario, continuó, puede dividirse en dos: el nuevo como lo es el Complejo Cultural Universitario y el antiguo, que es el de interés para salvaguardar.
Al dar un recorrido por la historia de Puebla considerada la segunda ciudad de mayor importancia virreinal, dijo que edificios como el Carolino fueron sede de poder eclesiástico, congregacionales, civiles y monárquicos. Agregó que el conjunto arquitectónico es testigo de acontecimientos trascendentales a nivel nacional por lo que, como reza el dicho, si sus muros hablaran se recogerían cientos de sucesos históricos.
“En esta zona se fue conformando el BHU contemporáneo, resultado de un proyecto cultural y educativo que tomó la decisión de acompañar el proceso de transformación urbana del Centro Histórico de Puebla incrementando la presencia cultural, social y profesional de la institución en el corazón histórico de la ciudad”, expuso.
Continuó que estos edificios son ese pie de casa vivo, significativo, valioso y admirable, por lo que se necesitan ser difundirse, apropiados, valorados. “Creemos que si este conjunto arquitectónico de 45 edificios históricos obtiene la declaratoria Patrimonio cultural de la humanidad de la Unesco será una distinción que no será difícil de construir y mostrar pues está a simple viste, y lo complejo será hacer los trámites, y esperar a que cada organismo internacional emita el sello correspondiente.
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“El asunto es hasta donde las autoridades universitarias pueden y quieren lanzarse a esta aventura burocrática, apoyar la propuesta ya formulada desde hace décadas y triunfar sobre el desgano, las resistencias administrativas locales, nacionales e internacionales, y triunfar para ganar”, confió Gutiérrez Müller.
Detalló que, de lograr el nombramiento de la Unesco, los universitarios “ganarían” un premio a la perseverancia, y se ratificaría el compromiso ante el mundo de seguir cuidando este patrimonio arquitectónico.
Completó que si bien el Centro Histórico posee el apelativo de Patrimonio cultural de la humanidad desde 1987 el reconocimiento del BHU sería distinto, pero sumaría.
Detalló que el barrio forma parte del centro, pero sale de él en términos urbanos. Y si bien es más amplio, cumple con los criterios de 2004 en la guía operacional para la implementación de la World Heritage Convention. Es un conjunto arquitectónico que es el primer proyecto de experimentación urbana renacentista en el nuevo mundo. Resultado de interacción humana en varios siglos.
“Los especialistas reconocen cuatro corredores: el Carolino, el Jesuita, el de San José y el de Analco, que suman cuatro más. Ahí están 41 inmuebles en la zona patrimonial. En total son 45 edificios que abarcan 154 manzanas y 315 calles, dos son del siglo XVI, tres del XVII, seis del XVIII, 14 del XIX y 10 del XX, qué diversidad posee esto”.
Los beneficios del sello Unesco, prosiguió, harían que la UAP comprendiera el proceso vivido, la transformación y la historia social. En el camino, apuntó, se debe contar con el apoyo de los gobiernos en sus diversos niveles, en materias como la restauración, el apoyo técnico y financiero. En ese sentido, dijo que es importante asegurar a los 45 edificios contemplados pues están en una zona altamente sísmica y lluviosa.
De paso, deben realizarse otras acciones: contar con personal profesional en restauración de bienes muebles e inmuebles, biblioteconomía y archivística, donde la propia UAP “puede ser punta de lanza para formar cuadros de especialistas a largo plazo, en centros que no necesitan ser onerosos”.
Por último, expuso que de manera personal ha consultado con algunos funcionarios que podrían apoyar en asesoría en la documentación que iría a la Unesco, con participación activa en la restauración de dos inmuebles que requieren urgente intervención, además de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia podría acompañar a la UAP en el proceso, además del Archivo General de la Nación que puede ofrecer asesoría para lo relacionado con archivos, su restauración y limpieza. “Una servidora, en todo ello, ofrece ser intermediaria de todo corazón, con buena fe y en el marco de la ley, para contribuir a estas gestiones hasta septiembre de 2024, después no puedo”, dijo entre aplausos y completó que luego será una investigadora y compañera más de la UAP.