La Pastoral de Movilidad Humana ofreció alojamiento a las más de 600 personas de la caravana “Viacrucis Migrante 2024”, procedente del estado de Chiapas, la cual se prevé que llegue a la ciudad de Puebla en las próximas horas.
A través de su área de comunicación social, la pastoral informó que hizo la petición formal a la Secretaría de Gobernación federal y al Instituto Nacional de Migración (INM), instancias que darían la aprobación.
Destacó además que están disponibles para el alojamiento de los migrantes los albergues de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos; el de la parroquia de La Asunción en la colonia Aquiles Serdán y el de La Aurora.
La pastoral afirmó que está en espera de si las autoridades confirman que los migrantes llegan a estos o a algún otro punto.
Confirmó que se espera que la caravana pase por la ciudad de Puebla, sin embargo, informó que también depende de las decisiones que tomen los líderes de la caravana en el trayecto.
Asimismo, se sabe que la caravana encabezada por José Gregorio Arjona Mijares reanudó su trayecto a pie desde las cinco de la mañana sobre la carretera federal en Tecamachalco.
En el trayecto son acompañados por el INM, la Guardia Nacional, Policía estatal y agentes municipales, en tanto que en su paso por el estado de Puebla, desde la semana pasada, han llegado a municipios como Ajalpan y Tehuacán.
El pasado 17 de mayo, la caravana de migrantes llegó a las ciudad de Tehuacán, jueves, luego de caminar durante varias horas desde Ajalpan.
Sus integrantes reconocieron que, desde marzo, cuando iniciaron su camino han encontrado una gran solidaridad de parte de los mexicanos quienes les han ido proporcionando alimentos, ropa, agua, bebidas hidratantes y otros productos y utensilios para hacer menos difícil su trayecto.
Si bien cada uno tiene su propia historia, la mayoría coincide en que la pobreza e inseguridad fue lo que les orilló a abandonar su país para ir en busca del sueño americano, que para ellos representa una esperanza de mejor vida, es la ilusión a la que se aferran en cada paso que dan y por lo que para ellos la presencia constante de personal del Instituto Nacional de Migración (INM) representa un peligro porque ya ha intervenido para llevarse a algunas personas.
Sentado en el piso Álvaro, quien tiene 25 años y es del Salvador, recordó que hace tres meses dejó a su familia en su país, su hija de solo tres años, su esposa, su padre y su madre, sostuvo que la situación allá es muy difícil porque hay mucha falta de empleo, lo que le llevó a buscar algo mejor para sus seres queridos, sueña con llegar a Estados Unidos, trabajar y poder llevarse a todos.