Alrededor de 100 trabajadores de Heineken (choferes y ayudantes) localizada en el parque industrial Puebla 2000, realizan un paro en exigencia de que les reduzcan la jornada laboral, toda vez que diariamente los hacen trabajar hasta 13 o 15 horas.
También pidieron que les doten de equipo adecuado, mejores unidades para realizar los repartos y las tareas asignadas, un trato respetuoso por parte de los supervisores y un mejor salario.
Añadieron que ya son varios años en los que han estado solicitando que se atiendan sus demandas, pero los han ignorado.
Además, exhibieron que este día representantes de la cervecera amedrentaron a quienes pararon, indicándoles que tendrían consecuencias por no salir a realizar el reparto en 12 rutas.
En tanto que a los que sí salieron a distribuir se les advirtió que no regresaran o de lo contrario serían despedidos.
Los inconformes y representantes de la empresa establecieron una mesa de diálogo y acordaron que Heineken dé respuesta a las demandas en un plazo no mayor a tres días o se irán a huelga.
Paradójicamente, en enero de este año Heineken México en presumió ser la primera cervecera certificada por Top Employers en el país y ser de los mejores empleadores en el mundo.
Refirió que obtuvo el reconocimiento, entre otros puntos, por contar con un programa de bienestar enfocado en lograr que todos los colaboradores tengan un balance entre su vida y su carrera profesional.
“Obtener esta certificación avala el compromiso de la compañía con su gente, al fomentar una cultura inclusiva y un clima laboral de no discriminación, a través de diferentes prácticas y políticas de Recursos Humanos”.
Este discurso contrasta con las condiciones laborales que los choferes y ayudantes exhibieron ayer en la protesta.
La empresa no hizo pública alguna postura respecto a lo ocurrido en la planta localizada en la ciudad de Puebla.
En enero de 2020, La Jornada de Oriente exhibió que en fin de semana y con trabajos a marchas forzadas, Heineken consumó la conexión al drenaje sanitario en la infraestructura hidráulica del fraccionamiento Maravillas, a pesar de que existía un acuerdo firmado por la empresa Concesiones Integrales, encargada del manejo del agua en la ciudad de Puebla y la compañía, en el que se comprometían a abandonar los trabajos tras la oposición vecinal.
Los integrantes de la Comisión de Defensa del Agua denunciaron que fue a principios de ese mes cuando de manera sorpresiva los trabajos de excavación que habían sido suspendidos fueron retomados y tras las veloces faenas, concluidos.