Jueves, abril 25, 2024

PAN y PRI ambicionan los 140 mil votos de MC en Puebla

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La imploración o la obsesión del PRI y el PAN de sumar al Partido Movimiento Ciudadano (PMC) a la coalición Va por México tiene una explicación clara: el partido naranja cuenta con un potencial de votos que no es de primer nivel, pero tampoco es marginal, que podrían ser la bisagra para que la oposición pueda ganar plazas importantes en 2024. Puebla es uno de esos lugares, los sufragios del PMC podrían ser un factor clave para que el PRIAN se meta a la competencia real por la gubernatura del estado.

Sin embargo, esa posibilidad está casi diluida luego de la definición de Dante Delgado Rannauro, el fundador y “dueño” del PMC, quien ayer con mucha puntualidad, con saña, le exigió al PRIAN que dejen de “implorar” para que Partido Movimiento Ciudadano se sume a la alianza opositora.

Dante Delgado tiene claro que le conviene más al partido naranja mantener una posición de autonomía y competir solo, mediante una negociación con la 4T, que sumarse a la oposición que carece de figuras relevantes, atractivas, para competir por la sucesión presidencial de 2024 y las 11 gubernaturas que estarán en juego en los dos siguientes años.

Las cifras del PMC son muy positivas. Si índice de votación promedio en las elecciones de gobernador desde 2018 y hasta la fecha, dejando fuera a Nuevo León y Jalisco en donde ganó los comicios, son del orden del 3.5 por ciento y hasta el 7.5 por ciento en cada entidad.

Dichos porcentajes superan las vergonzosas cifras de votos del PRD, que en más de 20 estados ya perdió el registro político estatal.

En dos entidades, el PMC ya superó al PRI en sufragios. Y está por encima de los resultados del PT y el PVEM, a excepción de Quintana Roo y San Luis Potosí en donde el instituto político verde se alzó con triunfos en los últimos comicios de gobernador.

Esos porcentajes de votos de Movimiento Ciudadano los ambicionan con mucho apetito el PRI y el PAN porque pueden significar un empuje importante no para ganar la presidencia de la República, pero si para meterse en la competencia de las gubernaturas. Siendo ese el caso de Puebla.

Solo hay que observar las siguientes cifras:

En 2018, cuando Fernando Morales Martínez ya era dirigente estatal del PMC en Puebla y era un testaferro del morenovallismo, esta fuerza política obtuvo en los comicios de diputados locales 92 mil 674 votos, que fue el equivalente al 3.2 por ciento del total de sufragios en la entidad. Además, ganó 15 alcaldías.

Tres años más tarde, es decir en 2021, ya sin el control morenovallista y como una opción que capta a políticos excluidos del PRI, el PAN y hasta de Morena, el PMC escaló 47 mil votos y llegó a los 139 mil 377 sufragios, que representa el 5.5 por ciento de la participación electoral. Y volvió a ganar 15 ayuntamientos.

Ese avance se dio pese a la indolencia del coordinador de la Comisión Operativa Estatal del movimiento naranja, Fernando Morales, que poco o nada ayudó a la mayoría de los candidatos a ediles y diputados. El ex priista únicamente se conformó con negociar su curul plurinominal en el Congreso local.

Lo interesante de estos números, es que el año pasado en los últimos comicios locales, Morena obtuvo 803 mil 337 votos, que sumados a los de sus aliados del PVEM y el PT, en conjunto llegaron a un millón 72 mil 117 sufragios.

Mientras que el PAN y el PRI, juntos tuvieron 847 mil 850 votos que, sumados a los PRD, que es el tercer aliado de la coalición Va por Puebla, da un total de 910 mil 247 sufragios.

Es decir, si el año pasado se hubiera disputado la gubernatura del estado de Puebla, la 4T le habría ganado al PRIAN por un importante margen de 161 mil 810 votos.

En el hipotético escenario de que Movimiento Ciudadano se sumara al llamado “barco hundido” de la oposición, tal como Dante Delgado califica a la coalición Va por México, el PRIAN en Puebla podría llegar al nivel de aproximadamente un millón 50 mil sufragios.

Esas suman pondrían a la oposición en la competencia real por la titularidad del Poder Ejecutivo de Puebla.

No obstante, por las reiteradas definiciones de Dante Delgado queda claro que el PMC “no va ni a la esquina” con el PRI y el PAN, lo que es un signo de debilitamiento de la oposición que no encuentra la manera de ganar más votos que el aportado –desde 2018 y hasta la fecha– por sus cada día más reducidas estructuras orgánicas.

De ahí es donde cobra relevancia quien será la figura que controle el PMC de aquí al año 2024 en la entidad poblana.

Si Fernando Morales se mantiene al frente, pese a que ya en tres ocasiones se ha violado el periodo estatutario de su dirigencia, seguramente va querer inclinar el trabajo electoral del PMC a favor de los intereses del PAN y el PRI, sin que se tenga una alianza formal.

Y si la dirigencia la tuviera José Luis Cesatti Hernández, quien busca disputarle el control del partido a Fernando Morales, habría una balanza favorable a la 4T o el PMC conservaría la autonomía que le ha funcionado bien en los últimos cuatro años.

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