La dificultad más grande que se enfrenta en la contingencia por lluvias en la Sierra Norte de Puebla son los deslaves, que impiden llegar a comunidades desde donde ya se han hecho llegar reportes de la desesperación que cunde ante el agotamiento de alimentos y agua potable.
Los deslizamientos de tierra cubren autopistas, carreteras federales, vías estatales, caminos rurales y veredas. Pero, aunque hay maquinaria pesada y personal de los tres niveles de gobierno que acuden casi de inmediato a liberar el tránsito, los derrumbes se suceden uno tras otro apenas se ha despejado un tramo.
El municipio de Pahuatlán, en la Sierra Norte de Puebla, enfrenta una de las más graves emergencias, luego de las intensas lluvias que destruyeron caminos, derribaron puentes y dejaron incomunicadas a sus poblaciones. Habitantes de la cabecera y de localidades como San Pablito y Xolotla, que han logrado llegar a Huauchinango, reportan que desde el jueves permanecen sin electricidad, sin señal telefónica y comienza a haber desabasto de alimentos y agua potable.
La noche de este domingo, el alcalde Eduardo Romero Romero, publicó en Facebook un video en el que se le nota en penumbras, desde un camino arrasado, informando que ha llevado despensas a Mamiquetla, donde la población “está un poquito angustiada de la situación por (la escasez) de víveres”. El alcalde adelantó que este lunes se abrirá paso para llegar a la región otomí de su municipio. En la misma publicación una usuaria identificada como Nathaly Morales, cuestiona al edil: ¿Acalapa, Tapayula y Cuauneutla, cuándo?, dando a entender que ahí también hay incomunicación y urgencia de alimentos.
De acuerdo con testimonios, el acceso carretero a Pahuatlán se encuentra destrozado, lo que ha imposibilitado la llegada de ayuda y víveres. Vecinos denuncian que las tiendas están vacías y que la situación de menores y adultos mayores es cada vez más crítica. A través de redes sociales se ha pedido la intervención urgente de las autoridades estatales y federales, así como el apoyo de la Guardia Nacional para reabrir los caminos bloqueados por deslaves.
En La Ceiba hubo reportes de que el sábado, antes de la llegada del auxilio oficial,la gente comenzó a cocinar entre las ruinas dejadas por el agua, cerdos y gallinas que perecieron ahogados y que hubo personas que quedaron atrapadas por las inundaciones en los techos de sus casas y ahí pernoctaron.
En Tlacuilotepec un helicóptero logró aterrizar en la comunidad de Teteloloya para entregar alimentos, medicinas y trasladar a heridos, luego de que los caminos quedaron intransitables.
También en la región de Huauchinango se reportan deslaves en la carretera de Tepetzintla, donde el puente que une a San Agustín Atlihuacan está en riesgo de colapsar. En las comunidades de Matlaluca y Ayohuixcuautla la falta de acceso terrestre ha empezado a generar desabasto de alimentos, aunque maquinaria pesada trabaja para despejar el camino hacia Alseseca y restablecer la comunicación.
Las precipitaciones pluviales severas ocurrieron el jueves y el viernes, pero el sábado hubo sólamente algunos momentos con lluvias de moderadas a tenues, combinadas con chipichipi en la región comprendida entre Huauchinango, Juan Galindo y Xicotepec de Juárez, tres de los municipios que son considerados de los más afectados por el meteoro en Puebla. Por la tarde y hasta entrada la noche, la caída de agua cejó y este domingo lució despejado, lo que ayudó a las labores de remoción de escombros.
No obstante, la comunicación sigue siendo parcial. Por la vía terrestre debido a los constantes derrumbamientos de pedazos de cerros, que no sólo obstruyen el tráfico sino que socavan carreteras y caminos. Pero también la señal de internet y telefonía es intermitente, sobre todo en Huauchinango, municipio en el que desde del jueves se careció de suministro de energía eléctrica, la cual fue reparada parcialmente por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque aunque hay luz en varias colonias de la cabecera municipal, otras tantas como Nuevo Monterrey, El Mirador, Adolfo López, Ahuacatal y Constitución, así como las comunidades de la periferia, hasta la noche de este domingo carecían del servicio.
La gente que carece de luz en su casa tiene dos preocupaciones: la inseguridad que brinda oportunidad propicia para ladrones en una situación de emergencia -las noticias sobre actos de rapiña cometidos en Poza Rica, Veracruz, han hecho mella en los damnificados poblanos- y los alimentos perecederos que, sin refrigeración, comienzan a echarse a perder.
A pesar de que Huauchinango se ha convertido en la sede de los mandos de auxilio oficial -el recinto ferial es epicentro en el que confluyen el Poder Ejecutivo Estatal, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional, Protección Civil y la fuerza pública, entre otras dependencias-m las personas que viven en las zonas perjudicadas por el desbordamiento de ríos y desgajamiento de cerros, temen que la tragedia se ahonde si sigue lloviendo y ya comienzan a pedir que las autoridades los reubiquen fuera de las áreas de riesgo.
“Necesitamos que nos den un terreno, una casita en otra parte, porque aquí nada más peligramos. Mire usted cómo aquí pasa el río, cómo ya se llevó un trozote (sic) de tierra”, expresó María Elena Garrido, vecina de la colonia Santa Catarina en Huauchinango, una de las más estragadas, donde hasta esta tarde se buscaba aún a sobrevivientes de un derrumbe.
En esta situación, la radio se ha convertido nuevamente en el medio más efectivo de comunicación en la zona de emergencia. Diferentes estaciones dieron a conocer este sábado las denuncias sobre vivales que se han querido aprovechar de la zozobra y elevaron el precio del kilo de tortilla a 40 pesos -como sucedió en una tortillería de la colonia FETSE- y pusieron el litro de diesel de 27 a 54 pesos en apenas 24 horas. Se reportó también que algunas personas hicieron compras de pánico para abastecerse de víveres, a pesar de que las carreteras para suministrar todo tipo de productos se abrieron esta mañana y permanecen así hasta el momento en que esta nota informativa es redactada.
Asimismo, se reportó una pelea entre personal de dos funerarias en el anfiteatro de Huauchinango por la llegada de dos cuerpos. Versiones señalan un conflicto por los precios y presuntos favores de la autoridad ministerial hacia una de las empresas.
Estas afirmaciones no han sido confirmadas oficialmente; se pidió a las autoridades aclarar los hechos y garantizar condiciones de trato digno y tarifas transparentes para las familias afectadas.
Dos marinos arrastrados por la corriente
Dos elementos de la Secretaría de Marina fueron rescatados con vida tras ser arrastrados por un deslave en la zona conocida como La Chatarrera, a un costado de la carretera federal México–Tuxpan, cerca del paraje La Estrella. De acuerdo con reportes preliminares, los uniformados supervisaban ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) cuando el río se salió de su cauce y provocó el deslizamiento de tierra.
Antes de ponerse a salvo, los marinos intentaron evacuar a una mujer que se negó a abandonar su vivienda; horas después fue localizada sin vida.
Los dos marinos fueron trasladados a un hospital; uno presenta fractura en una pierna. También se reportó el extravío de un arma de cargo, la cual fue recuperada más tarde.
Además, una persona sin vida fue encontrada en la entrada del Deportivo El Ahuacatal, en el municipio de Huauchinango. No se ha revelado su identidad ni se ha confirmado si las recientes lluvias guardan relación con el deceso. Autoridades no han emitido información adicional hasta el momento.
En Agua Azul, pérdidas cuantiosas
En la mayor parte de las cabeceras municipales de la región la vida transcurre con cierta normalidad. No obstante, hay zonas en las que ocurrieron desastres de escala local. Eso sucedió por ejemplo en Agua Azul, colonia de Nuevo Necaxa, la población más importante del municipio de Juan Galindo, por ser sede de la primera planta hidroeléctrica de gran escala en México, construida por la Compañía de Luz y Fuerza del Centro a principios del siglo XX y, por tanto, bastión del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Ahí, decenas de casas resultaron inundadas y las familias que las habitan perdieron todo su patrimonio.


