Una campaña que ha iniciado con el pie izquierdo, mostrando mucha debilidad, es la de Liliana Luna Aguirre, quien apenas logró reunir a unas 200 personas en el centro de Huauchinango, teniendo como principal característica que no eran las bases de Morena, el partido que postuló a la aspirante. Muchos de los asistentes estaban ahí porque se les habrían pagado 200 pesos a cada uno de ellos para estar presente en el mitin.
El acto de apertura de las actividades proselitistas se hizo en la escalinata que está frente al hotel Villa de Cortés, que es propiedad de la candidata y su esposo Gabriel Alvarado Lorenzo, ex edil de ese municipio. El lugar se pudo medio llenar porque una parte importante de los asistentes los llevó Marco Antonio Natale, el candidato a diputado federal de Morena.
Muchos esperaban que el mitin de este martes estuviera a reventar, por tres razones de peso:
Porque Morena gobierna en Huauchinango y a nivel de marcas, es la fuerza política con más simpatizantes en la región, muy por arriba del PRI y del PAN.
Porque recientemente gobernó Gabriel Alvarado Lorenzo y había la idea que podía convocar los colonos, comerciantes y empresarios que se sintieron beneficiados por su gobierno que concluyó en 2018.
Porque Luna Aguirre es la única mujer de la contienda, lo que parecía generar una mejor imagen de calidez humana que el resto de los contendientes que son políticos con una larga trayectoria y poco carisma.
Al final ninguno de los tres factores antes citados funcionó para mostrar “musculo” en el arranque de las actividades proselitistas, situación que contrastó con los llenos de plazas que lograron los aspirantes Rafael Gutiérrez Alpiza del PAN y Miguel Ríos, quien fue postulado por Movimiento Ciudadano y representa al Sindicato Mexicano de Electricistas.
La causa del fracaso, que amenaza con prolongarse en las siguientes tres semanas de campaña, es algo muy simple: hay una rebelión de las bases morenistas en contra de una candidata que nunca ha sido de Morena, que no tiene identidad con ese partido y que siempre actuó en contra del Partido de Regeneración Nacional.
Gabriel Alvarado gobernó Huauchinango entre 2014 y 2018 bajó la protección del extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. El esposo de Liliana Luna oficialmente se presentaba como militante del PRD, en realidad gobernó con el panismo local de esa región de la Sierra Norte.
Mientras que Liliana Luna siempre estuvo cerca de Martha Erika Alonso Hidalgo, quien en 2018 le concedió la candidatura a diputada local por el PRD, pero con un fuerte apoyo del PAN de la Sierra Norte y grupos del PRI que operaban a favor del morenovallismo. Todo este conjunto de fuerzas políticas salió a hacer campaña contra Morena en el proceso electoral de hace tres años.
Liliana Luna en la actual legislatura local siempre se mantuvo cerca del grupo parlamentario del PAN, que es dominado por morenovallistas.
En 2020 empezó a cambiar sus afinidades y se alejó un poco del PAN, pero a cambio de ello se sumó a Movimiento Ciudadano, partido que la tenía en su lista de candidatos de Huauchinango.
De un día para otro, hace un par de meses, esta mujer se cambió otra vez de camiseta y ahora ya porta la de Morena, partido que de manera hasta ahora inexplicable la postuló como candidata a edil.
No cabe duda que su saltó del morenovallismo a Movimiento Ciudadano y ahora a Morena, se puede ver como un movimiento osado e inteligente. Sin embargo, con lo que no contó la candidata es que las bases de la 4T no olvidan su pasado reciente y el de su marido.
Por eso ayer se tuvieron que pagar 200 pesos por cabeza para llenar un acto de campaña.