Padres de familia y maestros se manifestaron frente a la Jefatura de Sector de Primarias Federales en Chignahuapan para exigir la destitución de la supervisora escolar Patricia Ortega Negrete, a quien acusan de presuntos actos de favoritismo, injusticia, extorsión y acoso en contra de docentes, alumnos y progenitores.
Los inconformes denunciaron que, pese a las múltiples quejas presentadas ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 23, Ortega Negrete está siendo reintegrada en su cargo, ignorando las denuncias y antecedentes que la han llevado a ser removida previamente de al menos tres zonas escolares.
“Nosotros estamos inconformes porque el proceso no se dio como debía. Se presentaron oficios y evidencias ante las instancias correspondientes, pero al parecer no fueron suficientes”, declaró una maestra afectada al canal local Más Que Noticias
Los profesores señalaron por su parte que la supervisora ha incurrido en maltrato y hostigamiento hacia el personal educativo, incluyendo actos de **discriminación, humillaciones públicas y abuso de autoridad.
“En dos ciclos escolares me obligó a permanecer ocho horas sentada haciendo la plantilla escolar sin permitir que me retirara a comer, mientras que a otros compañeros sí les permitía salir”, narró una de las afectadas.
Otro testimonio apunta a que la supervisora ha impedido la gestión de recursos para las escuelas, obstaculizando mejoras en la infraestructura y limitando la participación de directores y docentes en actividades de desarrollo escolar.
“He trabajado más de 30 años en el sistema educativo y nunca había tenido problemas con ningún supervisor, pero Ortega Negrete ha rebasado los límites con sus malos tratos y prepotencia. Es indignante”, sostuvo una directora.
Padres de familia también acusaron a la funcionaria de exigir pagos indebidos bajo el argumento de que son para el funcionamiento de la supervisión escolar.
“Nos pide 10 pesos por cada alumno, si no se los damos, nos los exige. No sabemos a dónde va ese dinero ni en qué se usa, porque no nos rinde cuentas”, declaró una madre de familia.
Además, denunciaron que la supervisora interfiere en la vida personal de los maestros, al punto de humillarlos públicamente y hacerlos llorar. “Ha amenazado con despedir a tres o cuatro maestros que han trabajado duro para mejorar la escuela”, afirmaron.
Los manifestantes demandaron la intervención inmediata de la SEP, el SNTE y las autoridades estatales para frenar los presuntos abusos y garantizar un ambiente educativo libre de acoso.
“Pedimos justicia. No es posible que esta persona siga en su cargo después de tantas denuncias. La educación y el bienestar de nuestros hijos están en juego”, expresaron.
Hasta el momento, las autoridades educativas no han emitido un pronunciamiento oficial sobre las denuncias.