Algunas de las cuestiones que podrían ser revisadas por las nuevas autoridades educativas a partir del 1 de octubre del año en curso, podrían ser algunos indicadores de gestión educativa; entre ellos, los que se establecerían en las Metas para el Bienestar y Parámetros del Programa de Educación 2020-2024 y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), publicados por las Principales Cifras del Sistema Educativo Mexicano 2022-2024. El glosario de este anuario señalaría que los ODS se originarían en la Asamblea general de la ONU y su propósito sería “erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático global […]. En su conjunto, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus 169 metas conforman la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Esta carta Gracia, merecería un mayor preámbulo para externar mis felicitaciones por tu reciente onomástico y sin dejar de lado las que mereces por tu desempeño como catedrática en la Universidad Rosario Castellanos de la Ciudad de México y el restablecimiento de la salud de tu progenitor; cuestiones de las que charlaremos más adelante y sin más por el momento, daría paso a la revisión y difusión de las Metas para el Bienestar y Parámetros del Programa de Educación 2020-2024.
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La Meta para el bienestar 4.1: Porcentaje de escuelas con acceso a servicios básicos establecería una ventana denominada desagregación, orientada a mostrar el comportamiento de los indicadores por ciclo escolar, nivel de escolaridad y su conclusión en el ciclo escolar 2022-2023. Dicho análisis que partiría de una “línea base [que] corresponde[ría] al ciclo escolar 2018-2019”, reportaría a su vez que el 77.8 por ciento de las escuelas de educación básica y el 74.5 por ciento de las de media superior contarían con agua potable y que, el 92.6 por ciento y el 86.7 por ciento respectivamente, dispondrían de electricidad aunque el servicio que presta la Comisión Federal de Electricidad sea cubierto -mayoritariamente- con aportaciones voluntarias de madres y padres de familia; los porcentaje citados equivaldrían a un incremento y/o decremento (por rubro respectivamente) de 6.1 por ciento; 5.9 por ciento; el -1.3 por ciento; y finalmente, 1.6 por ciento en 5 años de administración. El Parámetro 4.2 Porcentaje de escuelas con equipamiento básico mostraría que en el ciclo escolar 2022-2023, el 57.7 por ciento de los planteles de educación básica contaría con computadoras y que un 46.9 por ciento también con acceso a Internet. En estos rubros, un 70 por ciento de las escuelas de media superior contaría con equipos de cómputo; en tanto que un 52.6 por ciento de las mismas estaría conectada a la red. La comparación con la línea base del parámetro 4.2 (ciclo escolar 2017-2018) arrojaría los siguientes porcentajes: las computadoras en las escuelas de educación básica se incrementarían en ese lapso (6 años) en un 3.4 por ciento, en tanto que su disponibilidad en educación media superior pasaría de 68.8 por ciento a 70 por ciento, crecería tan sólo un 1.2 por ciento; si bien, la conectividad se incrementaría en educación básica en un 9.2 por ciento, y en bachilleratos y preparatorias en solo un 2.3 por ciento.
El Parámetro 4.3: Porcentaje de escuelas de educación primaria que cuentan con los libros de texto completos al inicio del ciclo escolar, indicaría, que en el ciclo escolar que feneciera en agosto del año pasado, solo 2 de cada 5 alumnos habrían contado con ellos (42.1 por ciento). La Meta para el bienestar 5.1: Porcentaje de población de 18 años y más, activa físicamente en el agregado urbano de 32 ciudades de 100 mil y más habitantes, de ámbito nacional, crecería en tan solo un 0.4 por ciento, al pasar de 41.7 por ciento en 2018 a 42.1 por ciento en el ciclo 2022-2023. Respecto al parámetro 5.2: Porcentaje de escuelas públicas de educación básica que cuentan con docente de educación física, se mostraría que solo el 32.7 por ciento de escuelas de educación preescolar, 1 de cada 3, contarían con un docente especializado; aunque 1 de cada 2 escuelas primarias, el 55.8 por ciento del total serían privilegiadas. El patito feo de este parámetro estaría representado por las escuelas de educación secundaria; nivel con el menor índice y en el que solo 1 escuela de cada 3, un 32 por ciento, del su total, contarían con un egresado de una normal de educación física. Sin embargo, en el Parámetro 5.3: Tasa de alumnos de educación básica que asiste a escuelas con docente de educación física, se establecería en el ciclo escolar 2022-2023, un 62.4 por ciento del total del alumnado de educación básica contaría con los servicios de un “profe” especializado; si bien 2 de cada 5 carecerían de ese apoyo. Resaltaría la importancia de las y los docentes de educación física como un auxiliar fundamental al instrumentar las políticas públicas para combatir la obesidad infantil, lo mismo que la drogadicción, fomentando la vida saludable a través del ejercicio, materia de trabajo de estos especialistas. El Parámetro 6.2: Gasto federal en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto evidenciaría que la inversión gubernamental destinada al gasto educativo federal, se encontraría muy lejos del tope mínimo que establecería la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (8.5 por ciento del PIB) al situarse en solo un 3.4 por ciento (3.5 por ciento en el cuadro Evolución del gasto en educación) y al que se le sumarían un 0.9 por ciento erogado por los municipios y un 1.5 por ciento por los particulares para un total de 5.9 por ciento de la inversión educativa nacional en materia educativa.
Las cifras oficiales revisadas en esta semana y a las que se sumarán las de la próxima, evidenciarían que las ventanas de oportunidad a las que se enfrentaría la administración entrante son muy anchas y el quehacer educativo tiene pendientes inversiones que requeriría, con carácter de urgente, la Nueva Escuela Mexicana.
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