Martes, enero 14, 2025

Otro sector vulnerable en la pandemia: el de los parientes que esperan afuera de hospitales

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Son casi las 19 horas. El viento y las nubes anuncian la lluvia con granizo que azotará fugaz la ciudad de Puebla y buena parte de su zona conurbada en pocos minutos. Dentro de la tienda que han utilizado en los cuatro días recientes, Pedro y su sobrino se apresuran a pegar a la pared del Hospital General de Cholula los cartones que les han servido como sofá y colchón en los cuatro días recientes, el tiempo en que han estado afuera del nosocomio esperando noticias de una pariente a la que tienen internada por coronavirus.

Otros ocupantes de la carpa blanca, también empiezan a prepararse para la precipitación. Colocan algunas bolsas o recogen los cartones y deciden retirarse a otro lugar a esperar que el agua mengüe.

Otros, más aventurados, solo levantan las cobijas y almohadas que tenían en el suelo y se sientan en la barda del hospital, en el espacio que les permiten los barrotes.

Entre las preocupaciones y los reclamos que genera la grave situación económica derivada de la pandemia por el coronavirus, poco se ha reparado en otro grupo que padece condiciones de vulnerabilidad: los familiares o personas cercanas que se encuentran como pacientes del Covid–19 en nosocomios públicos.

El Hospital General de Cholula fue uno de los primeros reconvertidos para atender a los enfermos de la pandemia.

Pero la institución de salud no solo tuvo que ser adaptada a las necesidades que impone la emergencia para los enfermos.

El pasado 9 de abril, la presidente municipal Karina Pérez Popoca, a través del Consejo Municipal de Protección Civil, dispuso la colocación de carpas y aditamentos para los familiares de los pacientes internados por Covid–19 en el Hospital General de Cholula,

Dichas carpas cuentan con luz y tienen la finalidad de funcionar como un resguardo de la intemperie a los familiares y visitantes de los enfermos, sobre todo, a aquellos que no son de la Zona Metropolitana.

A su vez, se instaló un tinaco de agua de mil litros de capacidad, el cual surte del vital líquido a los dos baños portátiles, uno para mujeres y otro para hombres y a un lavabo.

Siguiendo los lineamientos de seguridad sanitaria decretados por la Secretaría de Salud del gobierno de Puebla, también fue situado un dispensador de gel antibacterial para el correcto aseo de manos de los familiares y visitantes.

Estas instalaciones permanecerán el tiempo que perdure la contingencia sanitaria por el Covid–19.

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