Casi siempre donde se para Sergio de la Luz Vergara Berdejo acaba con problemas administrativos. Hace exactamente un año, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Puebla (OSP) tuvieron que recurrir a la denuncia pública para que el titular de la Secretaría de Cultura (SC) se dignara pagarles tres meses atrasados de salarios. Ahora unos 40 prestadores de servicios profesionales llevan cuatro meses esperando el pago de sus salarios y el funcionario evade sus responsabilidades, no les da la cara y los somete a un proceso de hostigamiento laboral.
Los afectados pertenecen a una proveedora de outsourcing, llevan tres años en la Secretaría de Cultura, laboran de las 9 de la mañana a 6 de la tarde, son sometidos a jornadas de muchas exigencias administrativas y desde enero de este año, simplemente no les pagan sus salarios, sin importar las necesidades básicas que enfrentan.
A manera de burla, de estafa, de maltrato, los obligaron a cumplir a una locura de más de 25 trámites administrativos como condición para pagarles sus remuneraciones, mismos que los empleados afectados se tardaron más de un mes y medio en solicitar, recabar y cumplir. Luego de que entregaron todo, se frenó la revisión de los expedientes y desde entonces, nadie les da una respuesta de cuándo les van a cubrir sus sueldos.
Aunque formalmente se dice que el problema de fondo es que en febrero pasado cambiaron a la directora de Administración de la SC, y eso ha dificultado la gestión de los recursos para pagar los salarios atrasados, es de dominio público que siempre Sergio Vergara se mete en problemas administrativos en todos los cargos que ocupa.
Corrió con suerte porque hace un año ya había planes de removerlo de la SC, sobre todo por las quejas de los miembros de la Orquesta Sinfónica de Puebla que, en los primeros días de abril de 2022, aprovechando un concierto en el Auditorio de la Reforma, tuvieron que hacer la denuncia púbica de que les debían tres meses de sueldos, al hacer la siguiente proclama:
“Nos sentimos obligados a compartir la compleja situación que atraviesa la orquesta, derivada principalmente de la forma de contratación inadecuada de nuestra labor, y además ha generado una serie de problemas e inconsistencias que, entre otras cosas, ha derivado de un retraso severo y perjudicial de los pagos de nuestra principal fuente de sustento y de nuestras familias”.
En mucho se dice que la repentina muerte del entonces gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, en diciembre pasado, evitó que Vergara saliera del gabinete estatal, como parte de los ajustes que se iban a hacer al equipo principal del Poder Ejecutivo. Lo iban a correr por los problemas administrativos provocados en la SC.
Ahora, de nueva cuenta se rumora que “está en la tabla floja” y que incluso, podría ser sustituido de Anel Nochebuena, quien fue la encargada de Cultura del ayuntamiento de Puebla y dejó un mal sabor de boca, por promover onerosas exposiciones que carecían de valor cultural o artístico.
Lo interesante es que quien está causando directamente el problema de la falta de pagos a los prestadores de servicios profesionales, es una mujer vinculada a Anel Nochebuena. Se trata de Giselle Parra Rojano, quien desde febrero pasado es la directora Administrativa de la Secretaría de Cultura.
Más allá de que pueda ser una trampa de Anel Nochebuena para acabar de empujar la caída del secretario de Cultura, hay una responsabilidad de Sergio Vergara por no asumir compromisos con los trabajadores agraviados para que se les cubra los salarios que se les debe.
Una locura de trámites
A los más de 40 prestadores de servicios profesionales en enero pasado les presentaron una lista de requisitos que debían cubrir, junto con la empresa a la que pertenecen, que son literalmente “una locura”, pues es un repertorio de requisitos que parecen nunca acabar. Les dijeron que era para tener un contrato anual.
Para mediados de febrero los afectados cumplieron con todo lo que se les pidió. No les faltaba nada. Fue entonces cuando llegó a la SC la nueva encargada de Administración y durante tres semanas se frenó la revisión de los expedientes. Nadie los tocaba.
Fue hasta el 23 de marzo pasado, que otra vez se movieron las cosas, pero de manera infame fue como volver a empezar. A los 40 trabajadores los sometieron a entrevistas laborales, a que expusieran sus perfiles, además de elaborar un nuevo expediente con su preparación académica y las labores que pretendían realizar. Toda esa información ya estaba contenida en los primeros 25 trámites que realizaron.
Un mes después, les vuelven a informar que los expedientes siguen sin ser objeto de algún escrutinio. Lo único que cambió es que ahora les comunicaron que sus contratos serán trimestrales y no será anual.
Al final les exigen un pesado trabajo de lunes a viernes, sin que haya prestaciones sociales. Les demandan cumplir requisitos que les implica invertir muchas horas adicionales de labores, para que al final tengan 4 meses esperando sus sueldos sin que Sergio Vergara tenga un poco de interés de dialogar, de ofrecer una solución al abuso que sufren.