A sus 60 años de historia, la Orquesta Típica del Estado de Puebla (OTEP) toma nuevos retos. Uno de ellos, es el sumar a su repertorio composiciones de autores contemporáneos que se presentan a un público acostumbrado a escuchar música y géneros típicos de México.
Ejemplo de ello fue el concierto conmemorativo de Mayo de 1862 que la orquesta ofreció en Casa de Cultura dedicada a la batalla del 5 de mayo el cual se integró por el estreno de varias composiciones de autores actuales y locales.
“Es música nueva y para la OTEP que maneja ritmos conocidos, como los corridos, toma ese reto: el que su público, que quiere escuchar chotis, pasacalles, música típica, no se aburra con canciones que son nuevas, de estreno”, señala el director de la orquesta Rubén Tochihuitl Pérez.
Durante una breve entrevista previa al concierto, el director de la OTEP señala que se ha dedicado a recopilar obras, particularmente de compositores que han llegado a la orquesta pidiendo que se instrumenten sus creaciones.
“No son de hace 20 o 30 año, sino nuevas; como ejemplo, es la pieza 5 de mayo de 1862 que tiene un par de años que llegó a la OTEP de manos de Nemecio Rodríguez Delgado, del cual no se obtuvieron más datos, y quien también es autor de Estampa Poblana”, señala al referir que estas dos piezas fueron estrenadas en el concierto.
Agrega que la pieza Cielo de Puebla es otro ejemplo de las piezas que han llegado a la OTEP, encontradas en el propio archivo de la orquesta, y de la cual sólo se tiene un dato: que su autor es Gustavo Trejo Dorante. “Nunca se ha tocado”, apunta y acota que el mismo caso es para ¡Ay! Qué rechulo es Puebla, obra de Pedro Galindo que se encontró en el archivo musical, lo mismo que su letra, para la cual se hicieron arreglos nuevos.
El músico y director destaca que otro estreno en el concierto de la OTEP, si bien ya se tocó hace un año en el marco del Huey Atlixcayotl, fue Atlixqueñita, de Julián Torres y Agustín Gilberto Mayorga.
Un caso especial fue Qué bonita es mi Puebla, de Bernardo Bermúdez Moreno, pues fue resultado de un concurso regional lanzado en el marco de la contingencia sanitaria por Covid-19 que fue ganado por el maestro, intervenida por el arreglista de la OTEP y hasta grabado –en un disco del que quedó pendiente de su producción-, siendo un homenaje a su autor fallecido durante la epidemia, que ya no pudo escuchar su estreno.
Así, además de incluir nuevos sonidos y autores a una orquesta como la OTEP, Rubén Tochihuitl menciona que existen otros dos retos: cuando algún compositor le presenta su obra, de la cual lleva sólo una línea melódica, tarea en la que interviene el arreglista; y cuando, al no estar familiarizado con dicha música, la orquesta toma como reto el interpretarla.
Además del estreno de las obras 5 de mayo de 1862 y Estampa Poblana, del autor Nemecio Rodríguez; Cielo de Puebla de Gustavo Trejo y Pascual Méndez; Atlixqueñita” de Julián Torres y Agustín Gilberto Mayorga; ¡Ay! Qué rechulo es Puebla, de Pedro Galindo; y Qué bonita es mi Puebla de Bernardo Bermúdez, la OTEP interpretó los temas Qué chula es Puebla, de Rafael Hernández; Mi México de ayer, de Salvador Flores; Mañanitas poblanas, de Miguel Gómez; Sierra de Puebla, de Agustín Limón; Violín Apango, de Juan Arturo Ortega; y el danzón instrumental Mi consuelo es amarte de Leopoldo Olivares.
Rumbo a sus 60 años, que se cumple el próximo 25 de mayo, el director de la OTEP señala que la petición es que a la orquesta se le apoye no sólo con una mayor difusión, sino que se aumentará el presupuesto que deriva en la contratación de nuevos elementos que se sumen a los 28 instrumentistas, los dos cantantes y él como director que conforman la agrupación, todos dedicados a interpretar a la música típica de México: chotis, pasacalles y valses, así como la escrita. por autores populares y de compositores actuales.


