Rubén Arvizu, director general para América Latina y Embajador del Pacto Climático Global de Ciudades de la organización Ocean Futures Society Jean Michel Costeau, que se especializa en la defensa del agua y especies que en ella habitan, demandó que la Profepa que atienda las demandas de la población indígena de Tehuacán que ha denunciado “la terrible contaminación de agua de manantiales y mantos freáticos, por la actividad y desechos tóxicos de las industrias avícolas, porcina y maquiladoras”.
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El exhorto lo hizo luego de que el pasado martes se manifestaron frente a Palacio nacional integrantes de autoridades comunitarias, agrarias y de la administración de sociedades de agua en manantiales, galerías filtrantes y aguas subterráneas de pueblos indígenas nahuas del Valle de Tehuacán, procedentes de Altepexi, San Gabriel Chilac; San Sebastián Zinacatepec, San Juan Ajalpan y San Marcos Necoxtla y Santa María de la Asunción Coapan, estas dos últimas pertenecientes al municipio de Tehuacán.
Los quejosos denunciaron que persiste la contaminación de aguas subterráneas por parte de las granjas e industrias porcícola y avícola, así como la agroindustria y lavanderías de maquiladoras en la zona, que descargan sus líquidos residuales tóxicos al drenaje municipal de Tehuacán y al dren de Valsequillo.
Las descargas se realizan “sin tratamiento alguno y al margen de toda normativa del Estado”, según denunciaron.
Aunado a ello, manifestaron, está la contaminación de tierras y aguas por los lixiviados de los residuos depositados por más de 28 años en el relleno sanitario de dicho municipio, ubicado en propiedad comunal del pueblo de Santa María de la Asunción Coapan, que comprende también la Reserva de la Biosfera Tehuacán–Cuicatlán.
Relataron que en los años 50, se instalaron granjas porcícolas y avícolas que han ido acaparando tierras en sus comunidades. Después llegó la industria maquiladora de confección del vestido para el mercado nacional. Con la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (actualmente T-MEC) esta industria maquiladora quedó desarticulada a la economía nacional, convirtiéndose en sostén de la maquila del vestido con destino principal al mercado de esa parte del continente.
En dichos procesos, abundaron, quedaron incluidos el lavado, deslavado y terminado final de prendas, con uso excesivo de sustancias peligrosas. Hoy día, acusaron, las lavanderías de la industria maquiladora trabajan para marcas globales como Paige, Hotsson, Cintas, Carhatt, Duluth trading company, como también a la Levis Strauss, Calvin Klein, Tommy Hilfiger, GAP, Zara y Guess.
Al respecto, Rubén D. Arvizu envió el pasado 14 de junio una carta a Blanca Alicia Mendoza Vera Procuradora Federal de Protección al Ambiente, diciendo:
“Por medio de la presente, expresamos una vez más, nuestra absoluta solidaridad con la ciudadanía de Tehuacán, Puebla, en relación con el grave problema de la contaminación de sus fuentes de agua. Tenemos entendido que parte de la misión de Profepa, es: Procurar la justicia ambiental mediante la aplicación y cumplimiento efectivo, eficiente, expedito y transparente de la legislación ambiental federal vigente.
“Hemos visto que este pasado martes 13 de junio, se ha hecho una protesta frente al Palacio Nacional de la Ciudad de México, encabezada por representantes comunitarios nahuas del Valle de Tehuacán, que han denunciado, de nuevo, la terrible contaminación de agua de manantiales y mantos freáticos, por la actividad y desechos tóxicos de las industrias avícola, porcina y maquiladoras en Puebla. Ante el innegable cambio climático, que afecta por igual al mundo, sin conocer fronteras, es muy preocupante que siga transcurriendo el tiempo sin que se actúe con prontitud, eliminando también los peligrosos basureros a cielos abiertos, con sus incendios que aún continúan, expelen letales residuos contaminando el aire. Esperamos que Profepa, apoyada por Semarnat y su directora, la Dra. María Luisas Albores, contendrá la destrucción de los preciados recursos naturales de México y revertirá los procesos de este grave deterioro ambiental. Más que nunca, es necesario actuar responsablemente en la protección ambiental, reconociendo la conexión crítica entre la humanidad y la naturaleza”.