La tragedia en la mina El Pinabete, ubicada en Sabinas, Coahuila, ha evidenciado nuevamente la situación real de la minería en nuestro país, sin que se vislumbren soluciones que vayan al fondo de los problemas.
La actividad minera en México, mantiene explotado a un sector significativo de trabajadores por un sector empresarial que vive en la impunidad. Se suceden los hechos negativos, francamente ilegales y no pasa nada, los grandes empresarios siguen libres, sin la menor posibilidad de ser sancionados como a sus acciones corresponde.
El llamado Rey del Cobre, Germán Larrea es todo un caso al respecto. Hay que recordar que él es responsable de la no solución de conflictos laborales en Cananea, Sonora, Sombrerete, Zacatecas y Taxco, Guerrero. Los tres desde el segundo lustro del siglo, sin que se vislumbre solución alguna. No es lo único, el también cabeza del Grupo México, es el dueño de la Mina Pasta de Conchos, donde los cuerpos de 65 mineros siguen sin poder ser rescatados y sin que haya responsabilidades asumidas y aplicación de la ley. Lo mismo sucede con la contaminación de los ríos Sonora y Balanchi. También el Grupo México y los empresarios que constituían su cúpula, fueron los artífices del intento paralelista al sindicato minero encabezado por Napoleón Gómez. Ellos lo orillaron al exilio en Canadá, pero también lo empujaron a la izquierda o, mejor dicho, al progresismo lopezobradorista, fuerza política de la cual es Senador de la República. Actualmente el sindicato minero ha podido convertirse en un referente del movimiento sindical en desamparo de controles corporativos o dependencia de partidos y gobierno en turno, pero no ha logrado nuclear ni defender a todos los trabajadores, como sucede con los mineros atrapados en la mina de Sabinas.
También es menester señalar que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), ha dejado mucho que desear en su función de inspección y acción para poner en orden a los grandes empresarios de la minería, que siguen actuando sin apego a la ley, la normatividad y respeto a los derechos laborales y humanos. El mismo sindicato minero ha denunciado la actitud negligente de las autoridades del trabajo.
Hay una lista larga de agravios patronales hacia los trabajadores, como son la violación al contrato colectivo de trabajo; ha habido casos donde empresas mineras fijan los aumentos salariales, por debajo de lo que dicta la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) o están por debajo del índice inflacionario; no respetan en nada las condiciones del medio ambiente ni la seguridad social de sus trabajadores.
Según datos que tomo de un artículo de Pablo Moctezuma Barragán, “entre 2000-2019, unos 2 mil 626 mineros quedaron incapacitados permanentemente”. Asimismo, de “2012 a 2015 murieron 200 mineros del Grupo México”, la misma compañía que dirige Germán Larrea.
Hay pues desorden en el ramo, se deja hacer y abusar a los empresarios mineros, se explota sobradamente a sus trabajadores, es creciente su deterioro salarial y de sus condiciones de trabajo y vida. Las autoridades federales del trabajo son omisas a su función y responsabilidad y, por lo mismo, en buena medida responsables de los privilegios que viven los empresarios.
¡Algo hay que hacer…!